Sophia de Mello: Lo digo para ver
Sophia de Mello decía que la poesía le fluía mejor cuando estaba feliz. «Y tengo que partir para saber quién soy».
Sophia de Mello decía que la poesía le fluía mejor cuando estaba feliz. «Y tengo que partir para saber quién soy».
Nos ha sorprendido gratamente la irrupción de Déborah García, poeta cubana (Santa Clara, 1971) que viene de ganar el premio Alegría con un poemario frondoso en el que el mar es protagonista omnipresente, casi siempre contemplado desde la nostalgia de quien lo frecuentó en mejores tiempos:
Una antología de un poeta así, tan universal en la transmisión más sutil de los sentimientos humanos, de la racionalización del pensamiento como indagador en el alma ávida de conocimiento, de religiosidad en el sentido de trascendencia, de vinculo, es un regalo difícilmente eludible para cualquier ‘conciencia sentiente’, como diría Zubiri.
«Sabes lo que está pasando ahí dentro. Y lo que pasará después, ella recogerá sus cosas y no volverás a verla. Nadie hablará del asunto. Tú tampoco».
En el décimo aniversario de su fallecimiento, adjunto reseña sobre la
escritora y poetisa italiana,
¿Sabías que el soneto en castellano nace durante una conversación entre dos embajadores? ¿Que los franceses inventaron la poesía moderna europea en bares y hostales de mala muerte?