La chica que cayó del cielo, de Simon Mawer (ed. Lumen, 2015) es una intensa novela de aventuras que tiene como protagonista a una mujer que trabajó como espía para el gobierno británico durante la Segunda Guerra Mundial y tuvo que aprender que “ni el amor ni la patria mantienen su significado cuando hay una guerra por medio”.
Simon Mawer, nacido en 1948, es un escritor muy reconocido en Inglaterra. Tras pasar su infancia en Chipre, se dedicó muchos años a la enseñanza como profesor de biología. Actualmente vive y trabaja en Roma. Es autor de dos ensayos y ocho novelas, de las cuales The Glass Room y Mendel’s Dwarf entraron en la lista del Man Booker Prize. La chica que cayó del cielo es su novela más reciente.
El prólogo nos ofrece los datos sobre treinta y nueve mujeres que fueron enviadas al campo de batalla por la sección francesa del Servicio de Operaciones Especiales (SOE) entre 1941 y 1944. Doce de ellas fueron capturadas y asesinadas por los alemanes, otra falleció por meningitis durante la misión. El resto, sobrevivió. El autor afirma que “algunas de estas mujeres se hicieron famosas a través de películas y libros dedicados a ellas. Otras permanecieron, y permanecen, en el anonimato. Todas ellas fueron excepcionales”. Esta novela hace justicia a la memoria de estas y otras mujeres discretas “que durante los conflictos bélicos trabajaron, y siguen trabajando, sin pedir medallas”.
Marian Sutro, de padre inglés y madre francesa, es una joven reclutada por una organización secreta y entrenada en el arte del espionaje al servicio del gobierno británico. Recibe el encargo de realizar una misión secreta y peligrosa, en la que arriesgaría su vida, perdería el contacto con todos los que la conocen, pero cuyo éxito tendría una “enorme repercusión en los esfuerzos bélicos”.
La novela narra el período de instrucción de la joven y el posterior desarrollo de una misión clandestina que tiene como destino Francia, un lugar que le hace rememorar constantemente un antiguo amor con un científico francés, un capricho adolescente que sigue haciendo palpitar su corazón. A partir de aquí, la misión le va a deparar sorpresas inesperadas y se va a ver implicada de forma personal a un nivel que jamás sospecharía.
Con un ritmo muy ágil, una prosa cuidada, una ambientación exquisita, una trama intensa y emotiva, plagada de aventuras y giros, una protagonista que se verá en medio de una encrucijada moral y sentimental bajo la amenaza constante de la muerte y la traición, el autor ha tejido una historia que se devora de forma compulsiva con un desarrollo y un final de los que dejan huella.