En una gran ciudad cada vez más dominada por la falta de sentimientos y de compromiso, se entrecruzan las historias de un grupo de jóvenes de distintos orígenes. Vidas diarias, vidas rutinarias, vidas alienadas o mortalmente asentadas. Todos cargan con sus sentimientos, circunstancias y avatares… y todos, inconscientemente, están a la búsqueda de encontrarse a sí mismos y de ese El Dorado que parece ser el Amor.
Unidas por el personaje central de Paula (llamadme Oceanne) vemos surgir su historia de convivencia con Manu, con quien duerme (solo duerme) y su hermano Sergio. Alrededor, su compañera de trabajo Laura se ha separado de Marc para quedarse sola con su hija Cris. Marc no entiende la postura de Laura pero se adapta cuando Zuleima, una joven venezolana, le regala sus afectos. Álvaro es un cliente de la cafetería de Paula. Siempre ha rehuido el compromiso. Sin embargo, Raquel necesita algo más que gimnasio y cama, necesita una vida y un hijo. Los dos necesitan recomponerse. Susana tiene a Roberto, el hombre perfecto, pero una herida de abusos en la infancia le bloquea sentimentalmente y necesita aire. Natalia es farmacéutica. Se enamoró de Iván, su profesor de piano, con quien se fue a vivir. Ahora él se ha marchado de gira dejándola sola en el piso de los dos. Sus llamadas son cada vez más breves y sus mensajes casi han desaparecido. Todos necesitan un nuevo reparto de cartas, un barajeo de sus posibilidades amorosas que le hagan tener una mejor partida o descubran cuanto les convenía la anterior baza.
Nuria Gago ha escrito en capítulos muy cortos todo este collage de personajes que se acercan y alejan. Ellos y ellas quieren volver a casa. A ese mundo imaginario y tranquilo de la niñez donde se sentían protegidos y cuidados. A ese remanso de paz inexistente que les hace sentir bien. Incluso quienes como Susana no tuvieron ese lugar, necesitan construirlo ahora.
La actriz convertida en escritora perdió a su madre con doce años. Paula-Oceanne su protagonista también. Por eso la busca, quiere sentir el olor de su madre, el cariño de su abrazo y aunque le gustan mucho los chicos y la cerveza lo que más quiere es sentirse cuidada y protegida. Salva, su padre solo quiere volver con su mujer, pero eso es más complicado. Solo la anestesia le permite soñar con ella.
La novela está escrita con mucha sensibilidad, profundizando en temas como la amistad, la gratitud, la soledad, el destino y el amor, mucho amor….., con unos magníficos diálogos, transparentes y llenos de sinceridad. Una obra de ‘casualidades forzosas’. Aquellas que se producen con naturalidad. Como cae la fruta madura. Aquellas que empujan a la gente a entenderse, a simpatizar, a intimar incluso. Forzosas en tanto en cuanto cultivamos esas relaciones con esfuerzo, entusiasmo y ahínco. Pero también con mucho deseo y esperanza.
Un interesante estudio de la sociedad urbana actual. Una preciosa historia de desamor y amor con unos finales redondos que invitan a la esperanza, que confían en el ser humano. Una novela vital para disfrutar este verano.