El paciente (ed. Planeta, 2014) es un trepidante thriller con un protagonista enfrentado a una situación límite que le plantea una perturbadora disyuntiva: ¿hasta dónde llegaría un padre por salvar la vida de su hija? Después del éxito cosechado con su última novela La leyenda del ladrón, Juan Gómez-Jurado da un giro radical para ofrecernos una historia de tensión y suspense que se desarrolla a lo largo de 63 frenéticas horas y que nos invita a profundas reflexiones. La novela ha sido vendida ya a 40 países y Hollywood prepara una adaptación al cine, algo que no es de extrañar al comprobar el ritmo ágil y cinematográfico que se mantiene a lo largo de toda la trama.
La novela es narrada en primera persona por el prestigioso neurocirujano David Evans, quién en la primera página se presenta de forma impactante: “Todos ustedes creen conocerme. Se equivocan. Llevo ya mil ochocientos veintitrés días, once horas y doce minutos en el corredor de la muerte. De ese tiempo he dedicado cada segundo que he pasado despierto a reflexionar sobre los hechos que me han traído aquí. Y no cambiaría ni uno solo de mis actos.(…) No soy un santo,ni un mártir, ni un terrorista, ni un loco, ni un asesino. Los nombres por los que creen conocerme están equivocados. Soy un padre y esto es lo que sucedió”.
Sacudidos por este comienzo asistiremos al relato de Evans sobre cómo ha llegado a esa situación. Desde el corredor de la muerte retrocederá a los hechos ocurridos cuando trabajaba en el Saint Claire, un hospital pequeño, privado y extremadamente caro. Allí desarrollaba su prestigiosa carrera como neurocirujano, mientras intentaba superar, junto a su hija, el trauma de la trágica perdida de su esposa. A lo largo de la narración David también retrocederá a su pasado familiar e iremos descubriendo detalles de las circunstancias que envolvieron la muerte de su mujer.
David se prepara para una operación confidencial que espera que dé un giro a su situación y sea el comienzo de una nueva vida. Pero un personaje cruel y sin escrúpulos hará aparición en la vida del protagonista colocándole en una encrucijada moral: tendrá que elegir entre la vida del paciente al que operará en breves días o la de su hija a la que han secuestrado. Evans tendrá pocas horas para decidir si dejarse guiar por su instinto paternal o terminar con la vida del presidente de los Estados Unidos.
Este es el fascinante hilo argumental de una novela que no da tregua al protagonista y tampoco al lector. Una historia por la que desfilan diferentes personajes que enriquecen una trama ya de por sí atractiva y adictiva en su lectura. El personaje de David, un hombre íntegro,conciliador, bondadoso e ingenuo, contrasta con su antagonista, el mal personificado en un personaje inquietante y perturbador, del que se nos irán ofreciendo detalles sobre su tenebrosa personalidad conforme se vaya desarrollando la trama.
La tensión de la historia contrasta con la naturalidad con la que el protagonista narra los hechos, incluso haciendo gala de un sentido del humor que no parece encajar dentro del corredor de la muerte. De esta forma, página a página, el autor consigue engancharnos sin que podamos dejar de leer hasta llegar a un final en el que todas las piezas encajan, culminando la novela con un guiño cómplice al lector que provocará que terminemos la frenética y angustiosa lectura con una pequeña sonrisa entre los labios.
Parece muy bien, me lo tengo que leer. Gracias por la reseña:)
Tengo muchas ganas de realizar la lectura de este libro, le deseo lo mejor al autor este libro, saludos