El hombre de arena, de Lars Kepler (ed. Planeta, 2013) es el cuarto volumen de la saga policíaca protagonizada por el comisario Joona Linna. Después del éxito de El hipnotista, El contacto y La vidente, llega una nuevo thriller con los ingredientes habituales en las novelas escritas por Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, matrimonio sueco que se esconde bajo el seudónimo de Lars Kepler: una trama dura, emotiva, trepidante, con tensión de principio a fin, revelaciones sorprendentes sobre el pasado de los protagonistas y giros en el argumento que mantienen el suspense hasta el final.
La novela gira en torno a un personaje inquietante, Jurek Walter, el peor asesino en serie de la historia de Suecia. Jurek, a pesar de llevar trece años ingresado en un módulo psiquiátrico de máxima seguridad, es un desconocido para la sociedad sueca, su juicio se celebró a puerta cerrada y todas las actas son confidenciales.
Jurek fue condenado por dos asesinatos y un intento de homicidio, pero la policía está convencida de que está vinculado con otra veintena de asesinatos. Pero no consiguieron sacarle ni una palabra sobre lo que hizo con los cuerpos de sus víctimas.
Todo cambia cuando, trece años después de su condena, un joven al que dieron por muerto es encontrado malherido y vagando por una vía de tren. Este joven era una de las víctimas de Jurek y su aparición provoca que el policía que investigó sus crímenes vuelva a encargarse del caso, el comisario Joona Linna.
Esta es la trama principal de un caso que enfrentará a Linna con los fantasmas de su pasado. El comisario, de origen finlandés, carismático, intuitivo, incorruptible e impulsivo, siempre había defendido una tesis que había sido rechazada por sus superiores, pero ahora tiene la oportunidad de demostrar que estaba en lo cierto y de ajustar cuentas con un trágico pasado del que iremos conociendo nuevos y sorprendentes detalles.
La policía debe conseguir una confesión de Jurek en una carrera contrarreloj por salvar la vida de otra víctima y para ello infiltrará en el psiquiátrico a Saga Bauer, una joven, atractiva y peculiar policía de la secreta que tendrá la misión de llamar la atención del criminal y sacarle la información sobre sus víctimas.
La novela tiene dos tramas que se van alternando, por una parte la investigación llevada a cabo por Joona y su equipo que les hace retroceder nuevamente al pasado y enfrentar una serie de peligros que darán un vuelco a la vida del protagonista. Por otra, la misión confidencial de Saga, en la que tendrá que enfrentarse a varios enemigos, no solo Jurek, y en la que deberá hacer gala de toda su astucia y capacidad mental y física para conseguir culminarla con éxito.
El hombre de arena no da tregua al lector, su trama nos sacude desde el principio y mantiene una atmósfera asfixiante que cada vez se vuelve más angustiosa y que al llegar a su final nos deja con ganas de que la siguiente novela caiga cuanto antes en nuestras manos para comenzar a devorarla.
Este es el fascinante hilo argumental de una novela que no da tregua al protagonista y tampoco al lector. Una historia por la que desfilan diferentes personajes que enriquecen una trama ya de por sí atractiva y adictiva en su lectura. El personaje de David, un hombre íntegro,conciliador, bondadoso e ingenuo, contrasta con su antagonista, el mal personificado en un personaje inquietante y perturbador, del que se nos irán ofreciendo detalles sobre su tenebrosa personalidad conforme se vaya desarrollando la trama.
La tensión de la historia contrasta con la naturalidad con la que el protagonista narra los hechos, incluso haciendo gala de un sentido del humor que no parece encajar dentro del corredor de la muerte. De esta forma, página a página, el autor consigue engancharnos sin que podamos dejar de leer hasta llegar a un final en el que todas las piezas encajan, culminando la novela con un guiño cómplice al lector que provocará que terminemos la frenética y angustiosa lectura con una pequeña sonrisa entre los labios.