
Pendejos de Reynaldo Sietecase
«Pendejos es apasionante y estremecedor. Lo devoré» Arturo Pérez-Reverte
Con chicos que roban, se drogan, se prostituyen y matan, con chicos que son víctimas y victimarios y que crecen en sociedades injustas, los relatos de Pendejos hablan de los tiempos que corren y de nuevas visiones, temerarias, acerca de los niños.
Todos los cuentos de Pendejos tienen como protagonistas a chicos o jóvenes que han cometido crímenes violentos. Pibes marginales o de clase media; pibes abandonados o de «buenas familias»; pibes que conviven con armas, pibes ganados por el paco, que viven en un eterno presente, breve y fugaz, donde la vida vale menos que nada.
Un chico dispara contra su padre en el momento en que éste abusa de su hermana. Un adolescente traza un círculo en un plano para determinar el coto de caza de sus presas humanas. Otro decide usar en la escuela el arma de su padre. Una jovencita lidera una banda que se dedica a los secuestros express. Otra organiza una masacre familiar. Da lo mismo que se trate de un barrio rico, de una villa, de Fuerte Apache o de alguna ciudad del Sur: la violencia se impone en cualquier escenario.
El jorobado de Notre Dame de Hugo, Víctor / Pérez-Reverte, Arturo
En el París del siglo XV, con sus sombrías callejuelas pobladas por desheredados de la fortuna y espíritus atormentados, la gitana Esmeralda, que predice el porvenir y atrae fatalmente a los hombres, es acusada injustamente de la muerte de su amado y condenada al patíbulo. Pero Quasimodo, campanero de Notre Dame, hombre de fuerza hercúlea y horrible fealdad, esconde un corazón sensible y la salva resguardándola en la catedral. Publicada originalmente como Nuestra Señora de París, es ésta una historia que, a través de la lectura, pero también del cine e incluso de los dibujos animados, ha llegado al corazón de muchas generaciones. De marcado carácter romántico, a caballo entre la novela histórica y la ficción literaria, Víctor Hugo nos regala a tres personajes de leyenda: Esmeralda, mujer fatal; Frollo, archidiácono maldito, y Quasimodo, jorobado y tuerto, de gran corazón. Y, como telón de fondo, una imponente catedral. Sin duda, una joya insoslayable de la literatura de todos los tiempos. En esta nueva traducción, Andrés Ruiz Merino se ajusta al estilo de Víctor Hugo dándole, al tiempo, una nueva vitalidad y dinamismo, propio de nuestros tiempos.
«En El jorobado de Notre Dame aparecen por primera […] la arquitectura enigmática, los personajes perversos, el pasado magnífico de una ciudad con memoria y monumentos hermosos que se derrumban –o incendian– bajo la desmemoria y el vendaval de los nuevos tiempos. Y, por supuesto, el amor desesperanzado, trágico, magnífico, entre la Bella y la Bestia». ARTURO PÉREZ-REVERTE
La Flecha Negra de STEVENSON, ROBERT LOUIS
«Cuatro flechas negras mi cinto tenía, cuatro por las penas que he sufrido, cuatro para otros tantos hombres que mis opresores malvados han sido». Con estas lacónicas y misteriosas palabras amenaza la hermandad de La Flecha Negra a sus víctimas. Situada en los primeros compases de lo que llegaría a ser la guerra de las Dos Rosas (1452-1485), que enfrentó a las casas de York y Lancaster, y protagonizada por el joven aspirante a caballero Richard Shelton, La Flecha Negra es, sin duda, una de las novelas más recordadas de Stevenson, un narrador magistral en todo momento. El ritmo trepidante de la acción, los inesperados y espléndidamente medidos golpes de efecto, la frescura de la trama y un final no feliz menos inesperado aún son sólo algunos de los elementos que ha convertido a esta obra en todo un clásico de la novela de aventuras, sólo comparable a las mayores obras de la literatura universal.
EL CAPITÁN BLOOD de RAFAEL SABATINI
El gran clásico de las novelas de aventuras náuticas. La vida del capitán Blood, inspirada directamente en la biografía de Henry Morgan, es un continuo proceso de búsqueda de la libertad, manteniéndose fiel a unos principios de igualdad, en una época en la que la piratería estaba legitimada y era tolerada por los gobiernos europeos. Elegido almirante por los bucaneros, Blood emprende una expedición contra Puerto Príncipe y Porto Bello, y luego llegará la espectacular entrada en Panamá, la llamada Taza de Oro, de donde se retira con un cuantioso botín. Nombrado gobernador de Jamaica, no tarda en ser desposeído de su cargo, pues la firmeza de sus principios y su fuerte carácter casan mal con la diplomacia necesaria para representar al gobierno británico en las Antillas.
La isla del tesoro de STEVENSON, ROBERT
La isla del tesoro es sinónimo de emoción y libertad. Robert Louis Stevenson apenas rebasaba la treintena cuando la publicó en 1881, y no podía imaginar que su creación se iba a convertir en un éxito que marcaría para siempre las vidas de varias generaciones de lectores, ni que Jim Hawkins y John Silver el Largo se convertirían en unos personajes tan míticos como los célebres piratas Barbanegra o William Kidd. Esta obra nos transporta a una infancia feliz y evoca todo lo que se espera de una novela de aventuras: tesoros escondidos, motines, tabernas, canciones, y olor a mar, pólvora y ron.
El Corsario Negro de SALGARI, EMILIO
Emilio Salgari fue mucho más que un mero «Verne italiano», creó el género de aventuras en italiano a partir de unos modelos foráneos que supo adecuar al gusto de sus compatriotas, potenciando los aspectos operísticos, por ejemplo, y a su vez enriqueció el género con aportaciones muy personales. Los héroes de Salgari quizá estén fuera de la ley, pero defienden con tenacidad las ideas de libertad y justicia y generosidad hasta crear una literatura mitológica del valor. Feroz en la batalla y apasionado en el amor, el Corsario Negro es el inolvidable protagonista de esta novela trepidante y, probablemente, sea el sujeto estético más refinado del universo salgariano.