La escritora Maggie O’Farrell es una de las voces más sobresalientes y reconocidas de la narrativa escocesa en la actualidad. Su brillante imaginación, su talento para construir personajes memorables y transmitir emociones con claridad e intensidad dramática logran mantener sin aliento al lector hasta la última página, pese a que, como en Hamnet, ese final es sabido por los lectores antes de abrir la novela.
Hamnet es una obra de ficción inspirada en la breve vida del hijo mellizo de William Shakespeare y su esposa Anne, llamada Agnes en la novela, basándose en los pocos datos históricos que existen al respecto. Lo sorprendente es que cuatro años después de la muerte del pequeño Hamnet, Shakespeare escribió la obra de teatro Hamlet, que es el mismo nombre de su defenestrado hijo.
Con estos mínimos detalles la autora escocesa construye una novela imponente sobre el amor, la maternidad y la pérdida como hilos transversales, mientras da vida a sus personajes dotando al dramaturgo, su esposa y su familia de una viveza y una autenticidad conmovedora.
Con saltos en el tiempo, desde el día en que la hermana de Hamnet, Judith, enferma de peste, asistimos al comienzo de la relación entre Shakespeare y la hija mayor del granjero. Aún antes, conocemos a Agnes desde su nacimiento y crianza, a la muerte de su madre y a la adopción junto a su hermano por su nueva madre. Crecemos junto al Bardo en el taller de guantes de su padre y sufrimos los malos modos del guantelero. Somos espectadores de la relación romántica del preceptor de latín y la chica del halcón y convivimos con ellos en la familia hasta que el dramaturgo inicia sus viajes a Londres para representar sus obras. Pero, y aquí radica lo más importante de esta novela, Shakespeare es un secundario de Hamnet, ni siquiera se le menciona por nombre, menos aún su apellido. Toda la obra está creada bajo el punto de vista de Agnes, su esposa y madre de Hamnet. Y es en esa perspectiva doméstica donde radica el encanto y el buen hacer de esta obra.
Si en su obra anterior Tiene que ser aquí, Maggie O’Farrell ya nos contaba una historia sobre el amor y la maternidad, aquí la envuelve con el componente histórico sumado al conocimiento del más importante dramaturgo británico.
Es este un trabajo literario que enamora, protagonizado por personajes de carne y hueso, que conmueve de principio a fin a pesar del dolor que transmite y del sentimiento de pérdida y la superación del duelo. Escrito con un estilo peculiar, aparentemente distante pero que al incorporar las reflexiones de sus personajes y sus recuerdos los dota de una cercanía total. Incluso los más marginales de los protagonistas de esta historia rezuman sentimientos y son plenamente comprensibles para el lector.
Indudablemente es una obra de madurez de la escritora escocesa, una novela que merecidamente se ha alzado como una de las más vendidas en las últimas semanas, algo que es emocionante habida cuenta de la calidad literaria de la narración.