Es este un ensayo biográfico muy especial. No digo original porque ya se ha hecho casi todo en literatura, pero ciertamente tiene un toque especial. El autor, especializado en biografías y muy interesado por los miembros del grupo de Bloomsbury, y en especial en Lytton Strachey, ha tratado de salirse un poco del camino trillado y rastrear a un cierto grupo de personajes interrelacionados entre sí; pero a la vez que habla de ellos, habla de sí mismo, en el proceso de investigar acerca de su personajes. Cuenta las motivaciones en parte casuales, que le llevaron a investigar, cuando estaba inmerso en otra búsqueda, a una serie principalmente de mujeres que le llamaron la atención, por sus relaciones con uno o varios hombres que también tenían relación entre sí.
Es decir, Holroyd engarza unas vidas con otras, rastreando sus relaciones, introduciendo al siguiente personaje cuando está ya perfilando el primero, etc.
En general, el bloque central lo componen un grupo de damas de la aristocracia inglesa, cuya vida ha sido, cuando menos, irregular. Que han destacado a veces por sus amantes, a veces por sus escritos, a veces por su propia vida en relación a otras vidas. Pero brillaron en su momento y luego se apagaron como velas que, agotado su pábilo, desaparecen lentamente.
Comienza el libro con unas breves notas sobre el cómo y cuando se decidió el autor a investigar y escribir estas historias; la primera, Eve Fairfax, la dama que, a instancias de su amante (Ernest Beckett) posa para Rodin, con el cual mantendrá una bella amistad a lo largo de los años. Y es justamente al comenzar esa relación, cuando Eve y Ernest abandonan la suya. De Eve, cuya larga soledad ligada a un inmenso libro de recuerdos, pasamos a Ernest, cuya familia (legítima e ilegítima) será el eje conductor de las distintas damas que van a ir apareciendo por estas páginas: porque el tal Ernest Beckett, segundo lord Grimthorpe, tendrá una vida amorosa y sexual de lo más productiva: con su esposa Luie, nacerán dos hijas y un hijo, Ralph; con sus sucesivas amantes, Alice Keppel y Josephine Dale-Lace, tendrá respectivamente a Violet y a Lancelot. La historia de cada una de ellas resulta curiosa e interesante, por lo complicada que es la naturaleza humana y las relaciones amorosas; la vida de Violet Keppel, más tarde Violet Trefusis, es a la que dedica más atención, por su doble faceta, como amante y como escritora. Amiga de la infancia y luego amante de Vita Sackville-West, otra famosa dama a la que conocemos por sus escritos, sus viajes …y sus otras amantes, entre ellas, Virginia Woolf. Esta turbia y turbulenta relación, que duró propiamente tres años, generó múltiples conflictos y un gran malestar entre la clase aristocrática.
Pero la cosa no queda ahí: el hijo de Ernest Beckett, Ralph, además de dos hijos de su matrimonio con Mary Archdale tuvo una hija con su amante Angela, con la que después se casó. El autor del libro conocerá a esta hija ilegítima, Catherine Till, y ambos buscarán pruebas de esta paternidad en las cartas y documentos almacenados en una villa italiana de Ravello, un pueblito cercano a Nápoles. Villa Cimbrone es, pues, también un personaje más del libro, puesto que fue propiedad de los Beckett y por sus salones y jardines de maravillosas vistas pasaron y pasearon casi todos los miembros del grupo de Bloomsbury y otras muchas personalidades: como D.H. Lawrence, E.M. Forster, Rodin,…
En suma, el libro es una inmersión en una serie de historias interrelacionadas, a veces directamente y a veces de modo casual o circunstancial, pero que nos muestra unas vidas que se salían de lo habitual en la época victoriana e incluso a primeros del siglo XX. Relaciones lésbicas, relaciones heterosexuales adúlteras, hijos ilegítimos, vidas de personajes que han quedado ocultas por sus dudosas o algo escandalosas costumbres para la época en las que vivieron.
En la parte dedicada a Violet Trefusis se alarga –quizá en exceso- comentando las novelas de esta escritora, porque en su opinión la mayoría de los personajes de esas novelas encarnan a personajes reales, a modo de homenaje, unos, o de venganza, otros.
En suma, un ensayo sobre una gran variedad de personajes, entretenido, curioso, interesante por las alusiones a otros personajes que solo indirectamente son nombrados, bien hilado y que se deja leer de modo ameno. Holroyd demuestra su talento para la biografía y su familiaridad con los personajes de la época en que se centra.