Mr. Holmes, de Mitch Cullin (Roca Editoria, 2015) es la novela en la que se basa la película del mismo título protagonizada por sir Ian McKellen en el papel de Sherlock Holmes y dirigida por el oscarizado Bill Condon (Dioses y monstruos, El quinto poder). Una novela que se acerca a la figura del detective de una forma diferente, original, en la última etapa de su vida, con noventa y tres años y sus facultades mentales en declive.
Año 1947. Holmes es un anciano, se retiró hace mucho tiempo de su labor de investigación, vive en una granja remota en Sussex rodeado de libros, abejas y con la compañía de su ama de llaves y Roger, el pequeño hijo de ésta. Estamos ante un Holmes muy diferente al que estamos acostumbrados, en ocasiones usa dos bastones para andar, su pelo y su barba son de color blanco, aunque todavía mantiene su cuerpo erguido y el pasar de los años no ha difuminado la inteligencia de sus ojos grises. Pero su memoria comienza a jugarle malas pasadas, como a cualquier persona de su edad. Recuerda perfectamente los momentos de su niñez pero olvida detalles del presente como la hora del día en que se encuentra. Holmes vive un proceso en el que tiene que aceptar las limitaciones de la edad y luchar contra los recuerdos que fluyen en cascada desde el pasado.
Todo cambiará cuando Roger encuentre un breve manuscrito, relato corto, sin acabar, escrito por Holmes titulado “La armonicista de cristal”. La protagonista del relato es Ann Keller, por la que Holmes llegó a sentir algo más que interés profesional. Su esposo se presenta ante el detective preocupado por el extraño y enigmático comportamiento de su esposa.
La resurrección de este caso despertará en Holmes recuerdos escondidos en la memoria y le llevará enfrentarse con remordimientos y sentimientos como el dolor y la culpa. El anciano, a lo largo de la narración, también reflexiona sobre los escritos de su buen amigo Watson y la repercusión que éstos tuvieron en el mundo de la literatura, criticando los estereotipos que han creado a su personaje.
Pero las reflexiones más profundas tienen que ver con el sentido de la vida, la verdad, la relación entre ciencia y fe, la muerte y el amor. Las respuestas de Holmes ante la gran pregunta realizada por Pilato delante Jesús: ¿qué es la verdad?, nos adentran en un terreno sombrío, dramático, triste. Pilato tenía la respuesta delante de sus narices y se equivocó. También la tiene Holmes, ¿sabrá reconocerla?
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