Los últimos días del Imperio Celeste (Roca Editorial, 2014) es la segunda novela del escritor y periodista David Yagüe, una novela de aventuras que nos acerca a la rebelión bóxer en la China de 1900 de la mano de unos personajes reales y otros ficticios, que protagonizan una trepidante trama de acción y suspense.
El autor ya nos sorprendió en su primera novela, Bravo Tango Siete. El Contratista, por su valentía al elegir como ópera prima un thriller que se desarrollaba en la Irak post Sadam Hussein. En esta ocasión da un giro radical para ofrecernos otra propuesta valiente, una historia de aventuras que tiene como trasfondo histórico un episodio que, según palabras del autor, siempre le ha cautivado desde que de niño vio la película 55 días en Pekín.
Abordar dos historias tan diferentes en sus dos primeras novelas podría considerarse temerario más que valiente, de no ser porque Yagüe acierta nuevamente, tejiendo una entretenida trama, narrada con habilidad, con un ritmo frenético, unos atractivos personajes y una cuidada ambientación histórica que nos ofrece las claves principales para poder entender aquél trágico episodio.
El autor ha señalado que con el paso de los años ha ido documentándose y leyendo sobre la revolución bóxer y, cuanto más leía, más le apetecía escribir “una historia de aventuras, de lealtad, descubrimiento, traición, amor y cambio ambientada en aquel lugar y fecha”. El resultado es un atractivo cóctel con todos los ingredientes para atraparnos desde la primera hasta la última página: asesinatos, emboscadas, conspiraciones, traiciones, intrigas diplomáticas, espionaje, codicia, ambición, fe, lealtad, amor y honor.
En la primera parte de la novela se irán presentando los diferentes personajes que aparecerán como piezas sueltas que, conforme avance la narración, irán entrelazándose en la trama. Dos serán los protagonistas más destacados: Ramón Álvarez, veterano de la guerra de Filipinas, vividor, dedicado al trapicheo, que se ha quedado en Pekín junto a su socio, dispuesto a aprovechar las inmensas oportunidades de negocio. Y Paul Kelly, hijo un empresario británico, enviado por su este para cerrar sus negocios en Pekín por los rumores de los ataques de los bóxers a occidentales. Paul quería finiquitar este asunto, dejar su puesto en la empresa familiar y construir su propio destino.
Paul y Ramón se verán obligados a colaborar juntos en la investigación de un robo y un asesinato que deben realizar con discreción para evitar un incidente diplomático. Sus pesquisas se verán relacionadas con los crecientes episodios violentos protagonizados por los bóxers y ante los que los diplomáticos occidentales no parecen mostrar especial preocupación mientras la emperatriz de China va cediendo a los movimientos conspiratorios dentro de su corte encabezados por el príncipe Tuan.
Otros personajes tendrán también un papel crucial en la trama: El matrimonio Liddle con su hijo de 10 años, una familia de misioneros británicos que sufren los horrores de la violencia bóxer en una apartada aldea; Kong Dao un antiguo mandarín, encarcelado por espía, que es liberado para llevar a cabo una inquietante misión; Liu Han, un bóxer con la cara deformada, sin escrúpulos y sin piedad, al servicio de la revolución.
En la novela se mezclarán estos personajes con otros reales que jugaron un papel crucial en aquel episodio histórico y que nos permitirán vivir de cerca la brutalidad bóxer, conocer la responsabilidad de los occidentales en la revuelta, todo ello mientras la tensión va creciendo y el suspense y la violencia se van apoderando de la trama.
En el verano de 1900 se produjo en China una revuelta sangrienta ante la que el mundo entero contuvo el aliento. El autor ha construido una historia cuya lectura que nos dejará también sin aliento y nos mantendrá con el corazón en vilo, tal y como lo vivieron los verdaderos protagonistas.
Es imposible leer la novela, desde luego, sin oír la música de “55 días en Pekín” cuando los boxers se lanzan sobre las barricadas europeas y japonesas. David Yagüe, por otra parte, ha iniciado un camino en la novela española, histórica, si queremos ponerle un adjetivo, que merece, por lo menos, un aplauso, al atreverse a tratar temas que parecía que no iban con nosotros.
Algo absolutamente falso. Como lo demuestra su novela. Si queréis saber más de hasta dónde ha llegado ese órdago que lanza “Los últimos días del Imperio Celeste” y que en su día le hará un hueco en la Historia de nuestra Literatura, os remito a lanovelaantihistorica.wordpress.com