Sé lo que estás pensando – John Verdon

La correspondencia entre la calidad de un libro y sus ventas sólo suele guardar correlación directamente proporcional en algunos géneros literarios , fundamentalmente en la novela negra es donde esa relación unívoca funciona mejor. Las razones son sencillas, lo que busca el lector policíaco apela equitativamente a la razón y a los sentimientos, ergo si el libro está bien hilado, con el suspense debido y una buena técnica ya está lograda la mitad. La segunda parte, las sensaciones, la intriga, el temor, la inquietud y, quizá las más importantes, la curiosidad y el morbo deben ser construidas con habilidad. Cuando un libro ‘negro’ proporciona buenas dosis de ambos suele ir bien. Sé lo que estás pensando obtiene un notable en ambas razones. (leer más)
Unos anónimos recibidos que adivinan números que uno piensa son el reclamo básico desde la portada hasta casi el final. A partir de ese hecho sorprendente pero trivial el escritor experto en publicidad John Verdon nos vende una compleja estructura de personajes. Gurney es un inspector de éxito ya retirado con la víctima de los anónimos, un antiguo compañero de universidad, se pone en contacto. Este hombre ha montado un pequeño imperio de ayuda ‘espiritual’ basada en la razón que le otorga éxito e ingresos paralelos.

Gurney se toma con serenidad el asunto y su autor también ya que durante la cuarta parte inicial de la novela no pasa nada más. Cuando su amigo muere asesinado en circunstancias extrañas es cuando entramos en la meseta de la obra. Las posibles conexiones se multiplican y aparecen casos semejantes de adivinación de números y asesinatos en otros lugares.

Finalmente subimos a la montaña rusa del ultimo tercio que nos llevará sin aliento hasta el desenlace último.

Esta es una obra inteligente, apela a la razón para resolver todos los cabos, que son muchos, sin causar excepticismo ni estupor. También se apoya en la capacidad de ver lo que otros no ven (todo perfectamente material) que algunas personas tienen. Ese es el caso de Madelaine, la esposa de Gurney, que caza más lejos que el propio investigador tanto en el caso como en los sentimientos de su marido.

Por último nos deja tranquilos al situar el desenlace lejos del miedo a lo cotidiano creando un final que realmente es una revisita de la película de terror psicológico más clásica de la historia. Este escorzo complicado requiere un grado de genialidad que supera raspadito el escritor pero que consigue su objetivo.

Por tanto es una buena opción de novela negra, creo que superada la moda nórdica, el camino a seguir son los EEUU, libros como éste o como los que escribe Harlan Coben deben marcar el norte de este género en los próximos años. Por si acaso, esta obra también tiene mucha nieve.

Pepe Rodríguez

SINOPSIS

Un hombre recibe una carta que le urge a pensar en un número, cualquiera. Cuando abre el pequeño sobre que acompaña al texto, siguiendo las instrucciones que figuran en la propia carta, se da cuenta de que el número allí escrito es exactamente en el que había pensado. David Gurney, un policía que después de 25 años de servicio se ha retirado al norte del Estado de Nueva York con su esposa, se verá involucrado en el caso cuando un conocido, el que ha recibido la carta, le pide ayuda para encontrar a su autor con urgencia. Pero lo que en principio parecía poco más que un chantaje se ha acabado convirtiendo en un caso de asesinato que además guarda relación con otros sucedidos en el pasado. Gurney deberá desentrañar el misterio de cómo este criminal parece capaz de leer la mente de sus víctimas en primer lugar, para poder llegar a establecer el patrón que le permita atraparlo.

Web del Libro

Título: Sé lo que estás pensando | Autor: John Verdon | Editorial: Roca | Traducción: Javier Guerrero | Páginas 432 | Precio 24€ |

3 comentarios en «Sé lo que estás pensando – John Verdon»

  1. Tiene algo en común con, por ejemplo, Larsson: esas interminables reuniones del equipo de investigación donde unos personajes se cuentan a otros lo que el lector ya sabe, que intentan ser un retrato de caracteres, pero que sólo sirven, en realidad, para rellenar el vacío.
    Muy flojo, en mi opinión.

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