Azul serenidad o la muerte de los seres queridos – Luis Mateo Díez

El ejercicio que emprende Luis Mateo Díez con Azul serenidad o la muerte de los seres queridos es a la par un camino de dolor y de redención, de desesperación y de consuelo, de incomprensión y de aceptación. Pero sobre todo es un monumento, un epitafio gigante a sus muertos, a los dos más cercanos que propician esta obra y a todos los anteriores que la preludiaron. Por extensión es un homenaje a nuestros muertos, a todos los que hemos visto como nuestros seres queridos se han dormido en la muerte. (leer más)


Las caricias que las palabras bien enlazadas construyen son el bálsamo que incorpora el autor leonés para restañar las heridas de la muerte, algo imposible de curar pero que puede calmarse cuando se reconstruyen las vidas de los que se han ido valorando lo que nos han dejado, lo cual vivirá siempre en nosotros.

Charo, su cuñada, que murió de cáncer, la cuidadora que empezó a necesitar de cuidado. ¡Con cuánto cariño y ternura reconstruye Díez son últimos momentos y la llegada de su hijo Jordi! Cuanta sabiduría en la petición de que él estuviera a su lado, en silencio, pues su sóla presencia era bastante.

Después se ocupa de Sonia, su sobrina, la única chica de la familia donde todos los hermanos varones sólo supieron tener hijos varones, todos menos Sonia, la única mujer, la única nieta, la única que ahora falta. Sus recuerdos desde la niñez en que la acompañaba al cine, sus estudios de fotografía en Gales, sus cambios de ánimo y su vuelo final para escapar son contados con un lirismo calmante, susurrado, sedoso, tejido con el hilo de los mejores recuerdos.

El anexo de las fotografías del patio donde la encontraron, imágenes de los niños especiales que allí disfrutaban del recreo, combinadas con los comentarios sabios y sentidos del autor suponen la última exposición de su sobrina. Todo un homenaje, un altarcito familiar.

Por eso si la muerte les ha arrebatado algo cercano comprenderán cada palabra de Lusi Mateo Díez, sentirán su dolor y hallarán unas gotitas de bálsamo calmante en una obra tan personal, tan íntima que a la vez es un trocito de todos.

Pepe Rodríguez

SINOPSIS

Contar la muerte de los seres queridos
para descubrir algo del sentido de sus vidas.

Este relato está escrito desde la inmediatez de unas muertes familiares que, de nuevo, auspiciaron la difícil disyuntiva de la imposibilidad de entender la muerte y la necesidad de comprenderla. La muerte que viene, la muerte que se espera, la muerte avasalladora, la muerte voluntaria…
Está escrito para el consuelo, no podría estarlo para ahondar en el dolor que nos separa de esos seres queridos que impregnan con su aura nuestra memoria. La rememoración de estos hechos de vida, de estos hechos de muerte, donde nada se inventa, quiere también suscitar el rumor de la ausencia que, en su benigna murmuración, ayude a pacificar lo que el tiempo alivia y el recuerdo reclama.
Acostumbrado a la ficción de la muerte, el novelista asume la huella imborrable de la muerte verdadera, y apenas le queda, en esa disposición del consuelo, el modesto poder de una escritura que intenta esparcir para los demás las emociones y los sentimientos de las pérdidas que todos sobrellevamos.


Ficha del Libro

Título: Azul serenidad o la muerte de los seres queridos | Autor: Luis Mateo Díez | Editorial: Alfaguara | Páginas 136 | Precio 15€|

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