Pues bien, el lector que se acerque a este libro hallará esos atributos (o dones) bien marcados: aquí están el pensador y el camino, la soledad y la reflexión, el espacio nuevo (el descubrimiento) y la cultura. Y como mejor ejemplo no cabe sino resaltar alguno de los pasajes que nutren estas páginas escritas en un amplio período de años y bajo la implicación viva, directa, -así se percibe- de quien los escribe.
“Mi país: el de la fantasía que pregunta; y: ralentizado, me quedo más tiempo en mi país” La observación que cabría añadir a este fragmento está en relación con aquel otro de tono bíblico: quien leyere que entienda. “Mi manera de poder luchar –escribe en otro pasaje bien poco cruento- es (sería) esperar, con la imagen en el corazón y en la cabeza, hasta que se dé la línea, la forma (‘se dé’)” Una vieja aproximación a una estética vital.
Otras veces formula una invitación tomada en un lugar del camino y que, debemos entender, hace suya: “¿Dónde vives en este momento? En el caminar” Pues sea, lector: y ello en bien de la redención del viejo hombre cultural de hoy, atribulado por los males de una crisis previsible en cuanto que ha sido generada por el interés partidista de unos pocos.
Leer para entender.
Ricardo Martínez
Título: Ayer, de camino | Autor: Peter Handke | Editorial: Alianza Editorial |Traducción: Eustaquio Barjau Riu | Páginas 712 | Precio 26,50€ | Reseñado por: Ricardo Martínez|