La hija de las mareas, de Pilar Sánchez Vicente (Roca Editorial).
En el año 1820 Andrea Carbayo de Jovellanos, La Gabacha, hija de Gloria Carbayo, la Encantadora, y de Gaspar Melchor de Jovellanos, Jovino, escribe sus memorias para dejar constancia de las aventuras y desventuras que la llevaron al lugar donde se halla, perseguida por la intransigencia del inquisidor Valdes. Reviviremos su infancia en Obiedo y viajaremos con ella a Oxford, donde, disfrazada de hombre, asistirá a la presentación de importantes descubrimientos para la Medicina actual. En París vivirá de cerca la Revolución con su inseparable Olympe de Gouges, volcándose en la lucha por los derechos de las mujeres y en su trabajo en la imprenta. Un oficio, el de impresora, que ejercerá también en Gixón a su regreso. Será entonces cuando conozca a su padre y disfruten ambos de fructíferos paseos por el arenal. Directora de una escuela para niñas desfavorecidas, fundará un periódico que desempeñará un papel clave durante la guerra de la Independencia. Este conflicto bélico, que asolará la región convirtiéndola en un escenario dantesco, conducirá a Jovellanos a la muerte, facilitando que Valdés culmine su venganza sobre ella. Ilustrada, intelectual, tertuliana, escritor
Lordemano, de José Zoilo (Ediciones B).
Siglo IX. Hrolf Ragnallson ha dejado atrás su Noruega natal para instalarse con el resto de su familia en la lejana Erin, donde se hará un hombre, ganará sus primeras cicatrices en la batalla y despertará al amor. Ante el ocaso de su padre, será Hrolf, como primogénito, el encargado de capitanear el Águila de las Tormentas y dirigir a sus hombres hacia otras costas, con la esperanza de obtener fortuna y renombre. Atraída por las legendarias riquezas de al-Ándalus, la gran flota vikinga pone sus miras en la península ibérica. En su periplo hacia el sur, las naves nórdicas arriban a las costas de Gallecia. Confían en saquear cuanto encuentren a su paso sin dificultad, ignoran que Ramiro, el rey asturiano, ha decidido presentar batalla. Pese al valor demostrado por Hrolf, el ejército vikingo es derrotado, muchas de sus naves son incendiadas y él mismo es capturado por un grupo de asturianos. Convertido en un esclavo al que otorgan el nombre de «lordemano», Hrolf deberá sobrevivir en este territorio de cultura extraña, en una aventura en la que las guerras, las traiciones inesperadas y las pasiones imposibles serán únicamente el comienzo de su lucha por la libertad, la venganza y el amor.
La edad imperfecta, de Agustín Alonso G.(Sílex)
Valladolid, 1517. El aparatoso cortejo del nuevo rey hace su entrada en la ciudad castellana. Entre la multitud que recibe a Carlos de Austria, está Garcilaso de la Vega, joven segundón de una de las familias más importantes de la oligarquía toledana, que aspira a hacer carrera en la nueva corte. En los conflictivos años que suceden, Garcilaso sufrirá el destierro, luchará en dos guerras, se integrará en el entorno del poderoso duque de Alba, vivirá un amor tempestuoso, será nombrado caballero de Santiago y procurador en Cortes y deberá tomar decisiones cruciales que marcarán su futuro personal y político. En ese mundo de poder e intrigas en torno a Carlos V, descubrirá su talento para la poesía y encabezará una renovación literaria mientras trata de abrirse hueco entre una nueva generación de caballeros a la que le corresponderá gestionar un imperio. La edad imperfecta recrea el viaje hacia la madurez —“la perfecta edad”— del príncipe de los poetas en castellano. Un relato apasionante, necesario y controvertido sobre una figura fundamental para la Historia de España. Pero es, al mismo tiempo, un relato minuciosamente documentado sobre una de las décadas más determinantes de la historia europea, una ficción histórica en la que Castilla es más que un paisaje o un escenario, un personaje. Una novela que provocará debates sobre la identidad española, la naturaleza incierta del amor y la necesidad del arte y la belleza para redimir el mundo.
El derecho de los lobos, de Stefano De Bellis y Edgardo Fiorillo (traducción de Carlos Gumpert Melgosa, Alfaguara)
En el año 80 a. C. Roma es una metrópolis violenta en la que se entrelazan el dinero, el vicio y la política. En la oscuridad de los bajos fondos, cuatro asesinos liderados por un coloso con horribles cicatrices irrumpen en el nuevo burdel de lujo La Vaina del Gladio y provocan una masacre; entre los muertos, el rico comerciante de telas Marco Vilio Cincio, aspirante a senador. El dueño del lugar, único superviviente de la carnicería y principal sospechoso, ha desaparecido, y son muchos los que lo buscan, como el veterano centurión Tito Anio. En otro rincón de la ciudad, la vestal Cecilia Metela acude al joven Cicerón para que defienda a su protegido, Sexto Roscio, de la acusación de parricidio: una causa delicada que oculta intereses perversos. La sombra de Sila, cuyos enemigos están cada vez más inquietos, se cierne sobre ambos casos. Mientras que, para llegar a la verdad, Tito deberá enfrentarse a peleas, emboscadas y complicaciones sentimentales, Cicerón descubrirá que en el foro está en juego no solo el destino de Sexto, sino el suyo propio, e incluso la supervivencia de la República.
Teodora, la crisálida de Bizancio, de Jesús Maeso (HarperCollins Ibérica).
En una calurosa mañana de junio del año del Señor de 548, riadas de personas de toda clase y condición se agolpan en las calles de Constantinopla al paso del cortejo fúnebre de la todopoderosa emperatriz Teodora, esposa del emperador Justiniano. La lloran con auténticas congoja y devoción sobre todo las gentes de extracción humilde, pues a Teodora, hija del domador de osos del hipódromo y actriz y prostituta en su primera juventud, la consideraron siempre una de las suyas. Pero la llora sobre todo Nasica el Hispano, el eunuco más poderoso de la corte. El fiel Nasica, que la ha acompañado durante toda su azarosa vida, y que decidirá escribir de su propia pluma la verdadera historia de Teodora para conjurar las difamaciones y calumnias, y dar fe, en primera persona, de que jamás se había visto ni se volvería a ver a ver ni en el antiguo ni en el nuevo Imperio Romano una mujer tan inteligente, seductora y de tan generoso corazón, pero implacable y enérgica cuando la razón de estado lo requería. La emperatriz Teodora fue la mujer más poderosa del mundo conocido. Esta es su historia de la mano de uno de los grandes maestros de la novela histórica: Jesús Maeso de la Torre
Los colores del tiempo, de Ana Alonso (Espasa).
Una luchadora por la libertad atrapada en la España sin horizontes de la posguerra. Un misterioso libro que, a pesar de la censura, evoca la atmósfera revolucionaria de 1936. Tres hombres enamorados de la misma mujer… Y una búsqueda que termina transformándolos a todos.Para Adela, encajar en la sociedad provinciana de León, en el ambiente cerrado y asfixiante de un pueblo de montaña o en el Madrid gris de escombro resulta doloroso. No se adapta a vivir en la sospecha, a que la miren de reojo o a mantenerse siempre en guardia frente a los delatores mientras los suyos se consumen en la guerrilla o se colocan la máscara del Régimen y piden «té especial» en las cafeterías de moda. Para ella, que nació obrera en Barcelona y luchó en la defensa de la ciudad por un mundo más justo e igualitario, lo peor es la impostura, y a eso no se acostumbra. El deseo de revolución late en la maestra, en la lectora compulsiva, en la costurera, en la madre imperfecta, en la mujer cuya vida se truncó en el Pirineo un día del año aciago en el que se perdió la guerra. Adela nunca llegó a comprender lo ocurrido ese día. Hasta que empieza a encontrar respuestas en el lugar más insospechado: las páginas de la novela romántica Una mancha de carmín. Las claves ocultas en la historia parecen contener una invitación para recuperar los colores de aquella revolución soñada. Pero ¿qué margen le queda a una maestra represaliada para luchar por una sociedad mejor? A través de Adela, de Carmen, de Mercedes, de Federica Montseny o de Gloria Fuertes, Ana Alonso nos lleva al mundo encorsetado de las mujeres de la primera posguerra y a la España en blanco y negro de los años cuarenta, llena de «secretos, máscaras, mentiras que se exhiben y verdades que se ocultan»
Lope de Vega. El desdén y la furia, de Blas Malo (Edhasa)
Nobles y artistas ríen y aplauden en Valladolid cuanta ocurrencia barbota su real majestad y su solícito valido, pero la corte huye de la villa de Madrid. Y, entretanto, una lucha feroz se entabla por las noches en las calles de la antaño capital del reino. El motivo es claro: el desmesurado e inesperado éxito de un viejo cascarrabias metido a prosista frente a la feroz insensatez de un joven dispuesto a desbancarlo del parnaso literario. Carismático, alegre y seductor. Así es Lope de Vega. Y ni Quevedo ni Góngora quedan a salvo de la contienda entre Cervantes y él, que se extiende como una mancha de aceite por todos los mentideros y las tabernas, bajo las faldas de lujuriosas cortesanas y entre nobles mecenas de muchas deudas y pocos dineros, siempre sometida a la mirada vigilante de inquisición. Hasta el rey deberá elegir entre el desdén maledicente de un viejo manco de Lepanto que saborea al fin el éxito y la inquina de un insomne devorador de mujeres y creador de rimas, furioso contra aquél por el mayor de los ultrajes.
El fuerte, de Adrian Goldsworthy (traducción de Pedro Santamaría, Pamies).
105 d. C. Dacia. Roma y el reino de Dacia están en paz, pero nadie cree que esto pueda durar. Enviado a hacerse con el mando de un fuerte aislado más allá del Danubio, el centurión Flavio Ferox presiente que la guerra se acerca, pero además sabe que entre los suyos puede haber algún traidor. Muchos de los brigantes que tiene al mando son antiguos rebeldes y criminales que tan pronto pueden matarle como obedecer una orden. Y luego está Adriano, el primo del emperador, un hombre con planes propios. Enérgica, cautivadora y profundamente auténtica. El fuerte es el primer título de una nueva trilogía del conocido historiador Adrian Goldsworthy.
Corazón de León, de Ben Kane (traducción de Mercè Diago Esteva, Ediciones B)
La apasionante narración de la vida de Ricardo Corazón de León y su llegada al poder, de la mano de uno de los maestros del género histórico. REBELDE. LÍDER. HERMANO. REY. 1179. Enrique II es rey de Inglaterra y su dominio se extiende hasta Gales, Irlanda, Normandía, Bretaña y Aquitania. La casa de los Plantagenet ha logrado hacerse con el poder y gobierna su territorio con mano de hierro. Sin embargo, dentro de la familia las aguas nunca están tranquilas y los rumores de rebelión son constantes. Ferdia -un noble irlandés que ha caído prisionero durante la conquista de su país- le salva la vida a Ricardo, el hijo del rey, y se convierte en su escudero. Juntos cruzarán el canal de la Mancha y lucharán por reducir los levantamientos rebeldes de Aquitania. Será en esas tierras donde Ricardo, ya un respetado guerrero, se ganará el sobrenombre de Corazón de León. Pero Enrique, el primogénito, ve con creciente recelo el éxito militar de su hermano Ricardo. Muy pronto resultará evidente que los enemigos más feroces para Corazón de León no están en el campo de batalla, sino entre las personas que más cerca tiene.
La casa de la piedad, de Aurora López Güeto(Algaida).
Roma, verano del año 9 d.C. La ciudad despide con respeto a Antonia, hija, esposa y madre de prestigiosos políticos y una de sus más ilustres benefactoras mientras que Marcela, hija del jurista Labeón, llora a quien ha sido su protectora desde la infancia. Pero el duelo pronto torna en escándalo. El testamento de Antonia, muy alejado de lo que se espera de una matrona de su posición, destapa un entramado oculto desde hace décadas de mentiras, traiciones y crímenes. La ejemplar Casa de la Pietas, epicentro de la vida social romana y sustento propagandístico de la moral impuesta por el Principado de Augusto, oculta una verdad insoportable. Marcela luchará por defender la última voluntad y el honor de Antonia y de su propia familia con la ayuda de sus fieles Paulo y Aulo Sentio, y de las sacerdotisas y devotas de Bona Dea, enfrentándose a todos aquellos que han conducido a Antonia a su repentino y trágico final.
La victoria perdida, de David Sañudo (Edhasa).
Corre el siglo x en la península ibérica. Son tiempos de deslealtades y guerras en los reinos cristianos, dedicados a su vez a la reconquista contra los árabes, cuyos dominios parecen cada vez más poderosos. Y la supervivencia del reino de León se ve amenazada por el poderoso califato de Qurtuba de Abderramán III. Ante la evidente inferioridad militar de sus ejércitos, el rey Ramiro II pone sus esperanzas en un objeto legendario citado en antiguos documentos; sólo eso le podría otorgar el poder de la victoria. Serán el monje Julián y Alvar Laínez, hijo del conde de Aquilare, los encargados de encontrarlo. Para ello deberán recorrer todas las tierras hispanas, y en sus viajes descubrirán la amistad e incluso el amor; pero serán acosados, traicionados y coaccionados, pues son muchos los que, incluso en la propia corte del rey, no ven con buenos ojos su misión. La muerte los persigue con insistencia? y su objetivo principal será sobrevivir.
El amo de Roma, de Alberto Monterroso(Almuzara)
Lucio Domicio, tras combatir a las órdenes de Marco Aurelio a orillas del Danubio, asiste en Roma a las exequias del difunto césar. Allí conocerá a la bella Valeria, quien, a pesar de su trato distante, le cautiva. Sin embargo, el ascenso al poder de Cómodo, hijo del que fuera llamado emperador filósofo, supondrá un punto de inflexión en el devenir del Imperio. Las conductas despóticas de Cómodo y de Lucila, su hermana, quien influye poderosamente en él, alentarán todo un vivero de conspiraciones y turbios manejos que marcarán de forma inexorable el destino de Roma.
Alberto Monterroso, autor de “Séneca, la sabiduría del Imperio”, logra aquí ensamblar pasiones extremas y acción desbordante sin perder un ápice de certeza histórica. Esta espléndida novela hace realidad el viejo adagio latino “prodesse et delectare”, enseñar y deleitar al mismo tiempo. Porque el disfrute literario no está reñido con el rigor histórico. Los doce años de gobierno del emperador Lucio Aurelio Cómodo (180-192 d.C.) son poco conocidos entre el gran público pero de enorme trascendencia en la historia de Roma. Es el último de los emperadores antoninos, la prodigiosa dinastía del s. II, el siglo de oro del Imperio, que comenzó con Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Lucio Vero y Marco Aurelio, todos ellos excelentes gobernantes, para acabar con el protagonista de esta narración, cuyo reinado el historiador británico Edward Gibbon consideró el inicio de la decadencia de Roma.
El espectro del Palatino, de Eneko Fernández (Ediciones B).
Año 55 d.C.: una serie de sangrientos crímenes estremecen Roma: en los últimos meses varios cuerpos han aparecido atrozmente descuartizados en las calles de la ciudad. Lo más sorprendente es que los restos humanos se encuentran mezclados con huesos y pieles de animales. ¿Se trata de una macabra venganza o de la obra de alguna mente perturbada? En el ambiente extravagante y repleto de conspiraciones que se respira en el reinado de Nerón, un pretoriano idealista, un antiguo guardia desencantado y un policía corrupto unirán sus esfuerzos para tratar de descubrir el origen de estos brutales asesinatos que se relacionan con las metamorfosis de Ovidio. Mientras el miedo crece entre los habitantes de la ciudad, las investigaciones llevarán a los tres hombres a la corte de Nerón, cuyas luchas de poder, en su deriva cada vez más caótica, pondrán en peligro no solo a los aterrados romanos, sino todo el Imperio.
El hijo de Eulalia, de Eduardo Álvarez (Esfera de los Libros)
Luis Fernando de Orleans y Borbón, hijo de la infanta Eulalia y nieto de Isabel II, nació infante de España en 1888 pero murió en 1945 despojado de título y honores por decisión de su primo el rey Alfonso XIII, quien no pudo perdonar los escándalos que le convirtieron en uno de los protagonistas más excéntricos de la Belle Époque y de los locos años veinte en París. Así pasó de ser uno de los miembros de la familia real más cercanos al joven monarca a reinar él mismo tanto en los grandes salones aristocráticos franceses como en los divertidos cabarés y en los burdeles de baja estofa. Fue amigo de los personajes más singulares de la realeza de su tiempo y de ilustres artistas y literatos que formaban parte de su peculiar séquito. Su desenfreno llegó a convertirse en un gran quebradero de cabeza para la corte española. Homosexual indisimulado, no le faltaron sin embargo riquísimas pretendientes, aunque solo se casaría con la septuagenaria princesa de Broglie que vio cómo su enorme fortuna se esfumaba en apenas unos años de matrimonio.
Irene de Atenas, de Álvaro Lozano (Edhasa)
Cuando la joven Irene llega a Constantinopla desde Atenas no conoce su futuro, pero pronto sabrá encauzarlo: no fue sólo esposa y madre de emperadores, sino que ella misma llegaría a convertirse en la única e indiscutible emperatriz de un Imperio romano de Oriente que, aun en decadencia, todavía conservaba el esplendor de su pasado. Desde Constantinopla y rodeada de un pequeño grupo de fieles, fue capaz de gobernar en solitario y con mano férrea el destino de hombres y tierras, pese a ser mujer. Para ello tuvo que enfrentarse a las conspiraciones y traiciones que una vez tras otra trataron de arrebatarle el poder. Sin embargo, en no pocas ocasiones tuvo que mancharse las manos con la sangre de sus enemigos, e incluso, tal vez, con la de su propio hijo… Con gran pulso narrativo y un estilo reflexivo y pausado, pero a la vez potente, merecedor de los mejores ecos de Memorias de Adriano, Irene de Atenas es el relato en primera persona de uno de los emperadores más poderosos del Imperio. Históricamente reconocida por gobernar en tiempos convulsos, su reinado llevó al fin del primer periodo iconoclasta en Bizancio y fue testigo del surgimiento del poder carolingio en Occidente y del apogeo del califato abasí de Bagdad. Pero, además, Álvaro Lozano, en ésta su primera novela, consigue como pocos recrear al personaje por dentro, desde su conciencia, con una relación mujer-poder-maternidad en el entorno hostil de la Constantinopla del siglo viii que fluye hasta lo más recóndito del corazón del lector.
La batalla de las Especias, de Luis Mollá(Almuzara)
Alentado por el éxito comercial de la expedición de Magallanes tras el regreso de la Victoria cargada de clavo al mando de Juan Sebastián Elcano, Carlos I decide enviar a Las Molucas una segunda flota más ambiciosa a las órdenes de don García Jofre de Loaísa, secundado por el propio marino de Guetaria. Si en la primera expedición la división entre marinos españoles y portugueses estuvo a punto de dar al traste con los objetivos más importantes, en esta segunda será la división de clases entre los nobles capitanes castellanos lo que pondrá los resultados en el filo de la navaja, pues si por una parte considerarán a Loaísa falto de los conocimientos náuticos suficientes para encabezar la flota de siete barcos, por otra despreciarán a Elcano por no reunir la hidalguía suficiente para mandarlos. Desde la salida de La Coruña en julio de 1525 la desconfianza y los recelos irán minando el necesario espíritu de equipo que requiere una expedición de siete naves, lo que terminará por traducirse en desobediencias, deserciones, abandonos y motines, un maremagno de infortunios en el que tanto Loaísa como Elcano encontrarán la muerte en aguas del Pacífico.
Morir en noviembre, de Guillermo Galván(HarperCollins Ibérica).
Noviembre de 1942, el mundo arde en llamas y España, aún arrasada y en plena represión, es un nido de espías. Carlos Lombardi, de nuevo en Madrid, sobrevive como puede con su precaria agencia de detectives. No puede permitirse el lujo de rechazar ningún trabajo por lo que tiene que investigar y seguir a un misterioso viajante de comercio alemán. Nada puede apetecerle menos que volver a meter sus narices en los asuntos del Tercer Reich, pero… Al mismo tiempo, una joven aparece ahogada y la policía del Estado no tiene mucho interés en investigar y descubrir qué es lo que hay detrás. Por lo que Lombardi buscará la forma de averiguarlo viéndose atrapado en una sórdida trama de prostitución, cine y estraperlo. ¿Están conectados ambos casos?