

'Auge y caída del conejo Bam', una fábula sobre la manipulación social, sobre ideales y mentiras, sobre el miedo y la violencia, de Andrés Barba.
Una fábula sobre la manipulación social, sobre ideales y mentiras, sobre el miedo y la violencia.
Esta es una novela sobre conejos. O más bien, sobre un conejo irrepetible y su impacto definitivo en la Gran Madriguera. Esta es una novela sobre la diferencia entre recibir un nombre o elegirlo, sobre la creación de las instituciones y rituales, sobre la manipulación del miedo, la instigación al odio, la promesa política de la felicidad, la obsesión con la seguridad, el uso dialéctico del placer y la ficción de la identidad colectiva. Para unos un paria, para otros un peligroso agitador, para todos un líder, Auge y caída del conejo Bam repasa los hechos que dieron pie a la leyenda del conejo más importante de la Gran Madriguera, narrados por su fiel compañero Copito, quien se esfuerza por separar el mito de la realidad en un último gesto de traición o de amor sublimado.
En un texto poderoso y sin fisuras, Barba suma esta conmovedora novela a la tradición animalística que va de Esopo a Richard Adams, pasando por la orwelliana Rebelión en la granja, en un emocionante festín político en el que se reconocen muchas de nuestras más peligrosas inclinaciones contemporáneas, como el populismo y la posverdad. Matate, amor’, la novela salvaje que ha conquistado Hollywood, de Ariana Harwicz.
‘Astillas. Una historia de amor diferente’, una crónica de asombrosa honestidad sobre el amor en sus múltiples e imperfectas formas, de Leslie Jamison. ‘Ingemaus’, la biografía que revela los primeros pasos de Inge Feltrinelli, antes de ser una leyenda del mundo editorial, de Marco Meier. ‘Disparos contados’, una celebración de la intuición, la creatividad y el valor de la fotografía en el mundo dominado por la inmediatez, de Leila Méndez.
'Matate, amor', la novela salvaje que ha conquistado Hollywood, de Ariana Harwicz.
La novela salvaje que ha conquistado Hollywood: llega Matate, amor, ahora también una superproducción internacional.
Escribí Matate, amor con ánimo de venganza. No recuerdo nada salvo eso, que una tarde del final de un verano de tormentas eléctricas de 2011 en mi casa en el campo francés, me tiré al pasto, es decir, «me recliné sobre la hierba entre árboles caídos y tuve la impresión de llevar un cuchillo con el que iba a desangrarme de un corte ágil en la yugular». Recuerdo que me levanté del pasto con el cuello ensangrentado, caminé directo a mi cuarto, entré por la ventana y me senté a escribir la primera frase de lo que sería Matate, amor. Pero eso no fue escribir. Eso que llaman escribir es mentira, es algo de lo que hay que dudar, eso que llaman escribir es otra cosa siempre, una guerra, caminar sonámbula, ver enemigos en todos lados, es algo de otra dimensión.
Palabra por palabra, frase por frase, coma por coma, punto por punto, nada fue corregido ni alterado por ningún editor en ninguna edición. No porque sea genial ni por superstición, sino para conservar en esa primera página la música única de esa tarde de fin de verano de 2011. Escribir para hacer perdurar la desaparición. Escribí entonces, como un ajuste de cuentas, como un pacto con la mafia, si no está permitido disparar, incendiar establos o secuestrar vecinos, al menos es otro modo de hacer justicia por mano propia.
Escribí Matate, amor durmiendo con el enloquecedor llanto del bebé encima, mirando a los gatos bajo la escarcha, con roedores desfilando por la casa, con el AJJJAJJJ de una lechuza que escupía los cerebros que no podía deglutir y sin saber que estaba escribiendo una novela, sin ser nada, mucho menos escritora. Qué asco hablar, dice ella, qué asco escribir. Escribir sin saber que se está escribiendo, escribir la antiescritura, el sueño alto de todo escritor.
Pasaron catorce años desde aquella vez en la que me tiré al pasto en un estado demencial, Matate, amor fue llevada a juicio y fue leída en una sentencia por un juez de provincia francés. Soñé que lo esperaba a la salida del Tribunal de provincia y lo mataba, o que lo seguía hasta su casa y lo envenenaba. La novela fue citada en mi contra como: «ejemplo de que una novela en la que el personaje odia la maternidad, vuelve mala madre a la autora». Escribir no es, como se quiere hacer creer hoy, adherir a una ideología, militar por una ideología, someterse a una identidad, escribir es oponerse al mundo.
Esta obra fue adaptada al cine bajo su título original en inglés, Die, My Love, y se estrenó en Competencia Oficial en el Festival de Cannes en mayo de 2025. Producida por Martin Scorsese y dirigida por Lynne Ramsay, fue protagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson. Cercana al universo Thomas Bernhard, esta novela nos revela que es en el lenguaje donde se aloja la única libertad posible.
'Astillas. Una historia de amor diferente', una crónica de asombrosa honestidad sobre el amor en sus múltiples e imperfectas formas, de Leslie Jamison.
Una crónica de asombrosa honestidad sobre el amor en sus múltiples e imperfectas formas.
Cuando su hija tenía poco más de un año, Leslie Jamison y su marido se separaron. Astillas es la disección afilada del desmoronamiento de ese matrimonio, y de la irrupción explosiva de una crianza en solitario. Es eso, y, al mismo tiempo, muchísimo más. Porque en el doloroso punto en el que confluyen la maternidad y el divorcio, la autora nos ofrece una exploración implacable y conmovedora del amor en sus múltiples y a menudo imperfectas formas.
Tras el éxito de sus celebrados ensayos El anzuelo del diablo, La huella de los días y Gritar, arder, sofocar las llamas, Leslie Jamison vuelve con su obra más personal hasta la fecha: el relato de la reconstrucción de una vida tras el fin de un matrimonio. Acostumbrada a lidiar con material sensible —excavando en su propia psique e indagando en nuestras preguntas más incontestables—, se adentra ahora en un terreno nuevo para poner su incomparable capacidad de percepción a analizar sus vínculos más íntimos: los que tiene con su hija, su ahora exmarido y sus padres, de los que ha heredado un complejo patrón sentimental.
Con una valentía extraordinaria, Jamison examina sus vulnerabilidades, contradicciones e intentos por encajar en un mundo donde las narrativas familiares se han hecho pedazos. Desde sus vivencias como «hija del divorcio» hasta las precarias conexiones que establece después del suyo propio, la autora se adentra en la complejidad de las relaciones modernas para transitar el fracaso amoroso y la búsqueda tenaz de una nueva identidad como mujer. Aunando lo emocional con lo intelectual, a través de la experiencia propia pero también de reflexiones profundas sobre la naturaleza del compromiso y las expectativas impuestas y autoimpuestas de la feminidad, Leslie Jamison rinde en Astillas un homenaje al amor y al fracaso perpetuo, así como a la dignidad que surge del intento incesante de salir adelante.
'Ingemaus', la biografía que revela los primeros pasos de Inge Feltrinelli, antes de ser una leyenda del mundo editorial, de Marco Meier.
La biografía que revela los primeros pasos de Inge Feltrinelli, antes de ser una leyenda del mundo editorial.
De niña, a Inge Schönthal la llaman Ingemaus, «ratoncita». Pero no hay nada diminuto en ella. Crece en la Alemania nazi, en un cuartel de Gotinga, después de que su padre se vea obligado a huir por ser judío. Comparte techo con su padrastro y con Trudel, su madre: terca, explosiva y extrema. Muy pronto, el régimen la marca como extranjera en su propia tierra. El director de la escuela la expulsa por ser mestiza, pero Inge sabe que Gotinga no es su destino, sino una estación de paso. Tiene lo que en yidis llaman chuzpe: una audacia irreverente, mezcla de arrojo e insolencia, que la empuja siempre hacia adelante.
Y así, con apenas veinte años, hace autostop hasta Hamburgo. Allí aprende fotografía sobre la marcha y, en poco tiempo, se mueve con naturalidad entre editores, periodistas y fotógrafos. Trabaja para la revista feminista Constanze, su pasaporte al mundo de la modernidad, y se sumerge en el vibrante Hamburgo de la posguerra.
Pronto cruza el Atlántico y se hace un nombre en el fotoperiodismo estadounidense. Se codea con Richard Avedon, Erwin Blumenfeld y John Rawlings. Retrata a Greta Garbo, Anna Magnani, Billy Wilder, Winston Churchill. Viaja sin descanso: Cuba, Brasil, Ghana. Pero sus mayores exclusivas están aún por llegar: Ernest Hemingway y Pablo Picasso. Perseguir imágenes la lleva a encontrar algo más: una forma de estar en el mundo.
A los veintiocho años, su vida toma un nuevo rumbo cuando conoce a Giangiacomo Feltrinelli, el editor incendiario que publica libros que parecen más bien manifiestos. Juntos forjarán un proyecto que se acabará convirtiendo en un refugio intelectual y en un hogar: compartirán un hijo y una revolución.
En este libro el relato se detiene cuando Inge aún no ha alcanzado el lugar que la historia le reserva, cuando todavía no es la gran dama de la edición europea, pero ya lleva consigo la audacia y la visión que la convertirán en ella.
Marco Meier reconstruye su vida con precisión y ritmo en una biografía que es a la vez un Bildungsroman y un tributo a quienes hicieron de la edición un acto de desafío.
'Disparos contados', una celebración de la intuición, la creatividad y el valor de la fotografía en el mundo dominado por la inmediatez, de Leila Méndez.
Una celebración de la intuición, la creatividad y el valor de la fotografía en el mundo dominado por la inmediatez.
La fotografía lleva años inmersa en una transformación que se ha visto acelerada por la IA. Pero más allá de revoluciones y tendencias, lo que sigue definiéndola es la mirada humana. ¿Es la fotografía analógica un capricho nostálgico? ¿Qué valores puede aportar al presente digital y algorítmico? ¿Podríamos acercarnos al formato digital con la intencionalidad y la paciencia que propiciaban el carrete y el revelado químico?
Méndez reflexiona sobre el acto físico de fotografiar, la vocación y el freelancismo en este alegato sobre la intuición y el placer de crear frente a la sobreabundancia.