Es un placer comunicaros que el 15 de abril Salamandra pondrá a la venta El buen nombre, una nueva edición de la primera novela de la aclamada autora de El intérprete del dolor , ganadora de los premios Pulitzer y PEN/Hemingway, Jhumpa Lahiri.
«Un libro muy poco común, delicado y admirable. Un retrato familiar que, con discreción y naturalidad, se convierte en una visión panorámica de toda una sociedad. Una primera novela tan certera y fluida como el depurado trabajo de un maestro artesano.»
The New York Times
«Una escritura firme y reposada, que nos anima a seguir leyendo. Una expresión muy bella de la desorientación, la nostalgia y los anhelos de los
emigrados.»
Los Angeles Times
«Una novela de una tensión sutil y exquisita que abarca dos generaciones y dos continentes. […] Una palpitante historia de culpa y expiación.»
The Boston Globe
«Una fábula que no es tan sólo asiática ni estadounidense, sino tierna e irónicamente humana.»
The Observer
«Una extraordinaria exploración de los conceptos de desarraigo, identidad cultural, tradición y expectativas familiares.»
The Guardian
«Un mundo sumamente empático en el que el lector se siente un auténtico privilegiado.»
The Times
El libro
Desde la publicación de El intérprete del dolor —un conjunto de conmovedores relatos sobre el desarraigo galardonado con los premios Pulitzer y EN/Hemingway el año 2000—, las obras de Jhumpa Lahiri no han dejado de cautivar a un grupo cada vez más diverso y numeroso de lectores y críticos de todo el mundo.
Rebosantes de elegancia y empatía, las historias de Lahiri se desarrollan en escenarios que fluctúan entre la India y los Estados Unidos para abordar con rigor y sensibilidad el coste afectivo de la experiencia del migrante, lastrado con el inevitable conflicto generacional que suscita la integración en una cultura diferente.
Recuperado de un terrible accidente ferroviario y amoldado a un matrimonio de conveniencia con la joven Ashima, Ashoke Ganguli pone fin a su rutinaria vida en Calcuta al aceptar una beca doctoral en el afamado Instituto de Tecnología de Massachusetts.
Tras superar los previsibles problemas de adaptación en tierra americana, con el nacimiento de su primer hijo la pareja se encuentra de repente en una situación del todo peculiar: al tratarse del primogénito, no les está permitido ponerle nombre, ya que según la tradición bengalí ésta es una prerrogativa reservada a los ancianos de la familia. Como el problema no tiene fácil solución, Ashoke y Ashima empiezan a llamar a su niño Gógol, en homenaje al escritor ruso cuyos cuentos leía Ashoke al producirse el trágico descarrilamiento. Así pues, con padres bengalíes, nacionalidad estadounidense y nombre ruso, Gógol crecerá entre hamburguesas y curri de cordero, música de los Beatles y clases de lengua materna, ritos hindúes en suelo norteamericano y viajes a Calcuta, donde se lo considera un forastero. Perplejo y confundido ante una realidad que le ofrece mil caras, la vida de Gógol se convertirá en un viaje perpetuo en busca de un lugar, una voz y un nombre propios.