‘LOS MARES DE LA CANELA’, DE PILAR MÉNDEZ JIMÉNEZ, UNA HISTORIA DE SORORIDAD TEJIDA ENTRE ESPAÑA, CHINA Y FILIPINAS

principal-portada-los-mares-de-la-canela-es_med.jpgLA ESFERA DE LOS LIBROS PUBLICA ‘LOS MARES DE LA CANELA’, DE PILAR MÉNDEZ JIMÉNEZ, UNA HISTORIA DE SORORIDAD TEJIDA ENTRE ESPAÑA, CHINA Y FILIPINAS

En su primera novela, la autoraaúna dos amores tardíos (los que más se cuidan): Oriente y la Historia

Cuenta Pilar Méndez Jiménez que Los mares de la canela es un viaje a lugares lejanos. Una travesía, en el tiempo y en el espacio, cuajada de aventuras, descubrimientos y amores entre Oriente y Occidente, entre la Galicia rural, la Filipinas colonial y la China imperial del siglo XIX. La historia de cómo una joven que crece en los bosques de Galicia se convierte en una comerciante de canela en las especiadas aguas de los mares del sur.

A Pilar le gusta decir que esta primera novela suya no está escrita con las manos, sino con los pies. “No la escribí con lógica, sino a golpes de intuición y de instantes mágicos”, asegura. “Llegado el momento, necesité distancia del universo de tramas y personajes que estaba creando. Y, ¿qué mejor manera de coger perspectiva que subir a la cima del mundo?”.

Fue así como se vio a sí misma haciendo la maleta y viajando rumbo al Himalaya. Cuando subió al avión en Nepal, descubrió que, para su sorpresa, la revista de abordo dedicada su portada al islote de Kulangsu, el lugar donde, un año atrás, ella había situado la acción de Los mares de la canela. “Sonreí y decidí visitarlo”, apunta. “Cumplí mi palabra unos meses más tarde y, caminando por sus calles, encontré una iglesia católica. Me acerqué a leer el cartel y había sido fundada por los dominicos españoles junto al consulado español en el siglo XIX. La historia se desenvolvía sola ante mis ojos…”.

LA AUTORA

Pilar Méndez Jiménez nació en Madrid en 1973. Sintió una fascinación temprana por los idiomas, puertas que le permitían descubrir otros mundos. En la adolescencia, comenzó a recorrer Europa para, más tarde, saltar a otras formas más lejanas de interpretar el mundo. Tras estudiar Derecho, transformó su curiosidad por aprender de otras culturas en su profesión e ingresó en la Carrera Diplomática española: visitar otros países ya no era suficiente, ahora quería vivirlos para entenderlos.

Ha pasado las últimas dos décadas entre Puerto Príncipe, Tokio, Miami o Singapur y el Madrid del que, una y otra vez, se despide y al que siempre regresa. Viajera por vicio y servicio, cuentacuentos por ilusión, en esta su primera novela aúna dos amores tardíos (los que más se cuidan): Oriente y la Historia.