Misa negra, de Olivier Barde-Cabuçon (Siruela, 2015) es la segunda de las aventuras del caballero Volnay, comisario de muertes extrañas de París quien, junto a su colaborador, un extraño monje hereje, se enfrentan al mal que anida en las calles de la capital francesa. Casanova y la mujer sin rostro, primer caso de Volnay, fue galardonado con el prestigioso premio Sang d’Encre 2012. Misa negra ha sido merecedora del Premio Historia 2013, que se concede a la mejor novela negra de ambientación histórica.
En la anterior novela descubrimos a este peculiar personaje, que salvó la vida del rey Luis XV y, como recompensa, consiguió ser nombrado comisario de las muertes extrañas, encargado de investigar los crímenes particularmente horribles o complejos que se cometen en París. A lo largo de la trama se fueron desvelando los secretos que envolvían al personaje y a su misterioso colaborador, el monje hereje con amplios conocimientos científicos y en otras materias, que la acogió de niño y que resultó ser su padre.
En París, padre e hijo, desarrollan su labor de investigación, aplicando su particular método de observación ante la escena del crimen, que leen como un libro abierto: “todos los detalles tienen importancia, yo tomo nota de todo, y no solo en mi memoria. Un asesino puede dejar señales de su presencia en un lugar igual que un caracol marca su paso con la baba. La observación es la fuente de nuestro trabajo”.
La novela comienza una noche de diciembre de 1759, con la aparición del cuerpo sin vida de una joven encontrado sobre la gélida tumba de un cementerio parisino en lo que parece un sacrificio ritual durante una misa negra. No hay sospechosos, y las únicas pistas son una hostia negra, un crucifijo y unas huellas de pasos. En la cancela de otro cementerio aparece un cartel que reza: «Prohibida a Dios la entrada a este lugar».
Presionado por las autoridades para que resuelva el caso cuanto antes y evite episodios conflictivos del pasado que se podrían repetir, Volnay se tendrá que mover entre los polos opuestos del París sucio y peligroso, en el que los pícaros son los amos de la vida nocturna y los cementerios escenario del cultos satánicos, y el Versalles lujoso y limpio, aunque igual de peligroso que el anterior, o incluso más, con intrigas palaciegas de personajes sin escrúpulos. Y contará con una inesperada ayuda impuesta desde arriba, una mujer misteriosa y con muchos talentos, que creará tensiones entre la pareja protagonista.
Misa negra nos ofrece una entretenida lectura, narrada con un estilo exquisito, con una trama policíaca que se desarrolla con interés, unos personajes de perfiles atractivos, un contexto histórico bien dibujado y la constatación de que, aunque pasen los siglos, los males del ser humano y las injusticias que afectan al mundo siguen siendo las mismas.