Antes de entrar en el contenido del libro una breve reseña sobre el autor, experto en enigmas y pasatiempos que lleva 30 años desafiando a las mejores mentes del mundo. Agustín Fonseca saltó a la fama por ser el autor de las cuatro ediciones de “El Juego Más Difícil del Verano”, publicados por El País Semanal. Solo en su primera edición participaron más de 300.000 jugadores, que compitieron por un premio de 60.000 euros. Con más de 50 publicaciones, entre libros, cuadernos y coleccionables, Agustín ha demostrado que los retos de ingenio siempre están de moda.
En este libro nos ofrece una original e irresistible propuesta, que va más allá de un libro de enigmas y juegos de ingenio, algo ya de por sí atractivo. El autor se sitúa como espectador de las conversaciones entre Leonardo y personajes relevantes de la época, así como de los desafíos que plantea a sus discípulos. Pero el libro da un giro cuando Agustín descubra que puede retar directamente al Leonardo, pasando de ser un simple espectador para convertirse en protagonista, probando la mente del mayor genio de todos los tiempos.
Y así es como el lector también se convierte en parte activa del libro, siguiendo al autor y al protagonista en cada uno de los retos planteados, probando si su mente está a la altura de los desafíos y pudiendo ampliar la lectura con los acertijos que se esconden detrás de los códigos QR y que tienen que ver con 10 desafíos que el autor plantea a Leonardo relacionados con Arquitectura, Pintura, Escultura, Máquinas, Geografía, Cuerpo Humano, Historia, Naturaleza, Biografía y Criptografía.
El gran acierto del autor es que no solo nos permite disfrutar descifrando los enigmas sino que nos ayuda a conocer con más profundidad la mente de genio y todas las áreas en las que destacó y que le llevaron a ser un artista completo, paradigma del hombre del Renacimiento que dominó la pintura y la escultura y destacó en la música, la arquitectura, era escritor, filósofo, poeta, botánico, anatomista, ingeniero, inventor, urbanista…
sistiremos a las conversaciones entre Leonardo y su fiel Salai, quien no solo fue su colega de profesión y su discípulo, sino que también llegó a ser su confidente y amigo. También seremos testigos de los coloquios entre da Vinci y Luca Pacioli, monje franciscano cuyos trabajos en torno a las matemáticas le valieron años después el título de precursor del cálculo de probabilidades, y conoceremos algo más sobre Francesco Melzi, el alumno favorito de Leonardo, que supo interpretar con vivos colores algunas obras inspiradas en los cuadros de su maestro.
Estamos ante un completo menú que pone a prueba nuestra materia gris además de permitirnos conocer más sobre la época y la vida del genio florentino, convirtiéndose en un regalo ideal para comenzar el año con el cerebro a toda máquina.