Desde aquellos breves textos, entre surrealistas y míticos, de su primer libro, El cuchillo del mendigo, hasta este que nos ocupa, han pasado cerca de cuarenta años, tiempo en el que Rey Rosa, el amigo de Paul Bowles y Miquel Barceló no ha dejado de escribir y traducir, llegando incluso a hacer una incursión en el cine. Su escritura ha ido en este tiempo ganado en sencillez sin perder un ápice de profundidad, pasando de las abstracciones de sus comienzos a un realismo cargado de misterios.
La novela anterior del autor guatemalteco, Manuscrito hallado en la calle Sócrates, estaba en realidad firmada por un supuesto autor suizo, Rupert Ranke, mientras él se presentaba como simple traductor y editor. El desconocido escritor narraba sus experiencias con una madura pareja de adinerados guatemaltecos mientras ejercía de clandestino guía turístico en Grecia. El núcleo del relato era la obsesión de la mujer por una estatua del Museo Arqueológico de Atenas, El pequeño refugiado, cuyas facciones le recordaban a las de su hijo desaparecido a los cuatro años. La pieza fue llevada en 1922 desde la costa de Anatolia por uno de los miles de refugiados griegos deportados tras la victoria militar turca.
Todo esto es relevante porque Metempsicosis, aun siendo independiente, funciona como espejo y complemento de aquel texto, incluyendo la réplica de un Rupert Ranke que ahora es quien ordena y corrige un alucinado escrito de Rey Rosa. Si en la obra anterior la madre cree que el alma del niño ha viajado hasta la escultura, ahora parece que la de algún filósofo clásico ha transmigrado hasta un barbudo indigente que encuentra Rey Rosa. Si antes era el suizo quien investigaba las creencias sobre el poder de las imágines, ahora es el chapín quien se interesa por un manuscrito sobre encantamientos del Museo Bizantino de Atenas. Y si en aquella novela se incluía la consoladora narración del descenso del niño desaparecido al inframundo maya, aquí se relata un onírico viaje que conduce a la alcoba del mismísimo Papa.
Metempsicosis es, al margen del relato compilado por Ranke, un texto en primera persona que comienza con el narrador sin memoria y recluido en un psiquiátrico tras sus delirios asesinos contra el Pontífice, y va a terminar en sendos viajes, con finalidad terapéutica, de los dos autores para estudiar el wazarismo, religión endogámica centrada en la metempsicosis.
Ranke impartirá un taller de escritura en un campo de refugiados de la isla de Leros, donde entrará en contacto con el fanatismo de ese grupo religioso y sabrá de sus ejecuciones de honor. Rey Rosa por su parte viajará a la ciudad sagrada wazarí, donde también tendrá noticias de la violencia desatada contra dicho pueblo.
Al establecer esa línea que va del niño refugiado del siglo I representado en la escultura, pasa por aquel que escapó de la represión turca llevándosela y llega a la niña que conoce Ranke en el campo de Leros, el autor convierte la idea de transmigración en algo más terrenal: la persistencia a través del tiempo de la injusticia contra los débiles y del dolor de los que huyen.
Rafael Martín