De un tiempo a esta parte está muy de moda la cocina de vanguardia. Platos imposibles que buscan innovar donde se cree que todo está ya inventado. Nada más lejos que despreciar dicha cocina. Como buen gourmet que me considero, reconozco que estos cocineros que destacan en este campo son, si no genios, sí artistas, puesto que esos platos son verdaderas obras de arte.
Pero quitando que nos queramos dar un capricho y entregar a nuestro primogénito a cambio de poder degustar esta variante elitista, lo que de verdad nos tira es disfrutar de una buena y apetitosa comida tradicional. Y si existe un cocinero que sea ya un icono de lo práctico y delicioso, a todos nos vendrá a la mente inevitablemente, Karlos Arguiñano.
Qué decir de este profesional que lleva tantos años deleitándonos con sus recetas a través de su longevo programa de cocina en televisión. Este cocinero que a pesar de llevar mostrándonos sus recetas desde el año 1991 —antes ya lo hacía en el canal autonómico ETB— aderezadas con sus chistes malos (dicho con cariño) y su inseparable ramita de perejil, nos sigue sorprendiendo por ser práctico y original.
Aparte de acompañarnos a través de las hondas hertzianas hace tanto tiempo, también nos ha trasmitido su saber a través de sus libros —he de confesar que sigo echando mano a uno para aprendices que publicó hace más de quince años y con el que me atreví a meterme en la cocina—, que son más de cuarenta, pero que con Planeta han sido nueve hasta la fecha, siendo el que nos ocupa hoy el décimo que publica con esta editorial. De ahí el juego de palabras del título, ya que además de ser el libro número 10 que publica con ellos, es indudable que sus platos es esa la nota que merecen.
El libro es una maravilla, publicado en tapa dura hay que decir que a lo que suelen costar esta clase de publicaciones, este sale barato con sus casi setecientas páginas que albergan más de seiscientas recetas, todas muy realizables y asequibles, ya que sus ingredientes son de fácil obtención para cualquiera de nosotros.
Todas estas recetas han sido seleccionadas de las que cada día elabora en el programa de televisión. Entre ellas podemos encontrar bastantes, por ejemplo, de arroz, y cito este ingrediente porque particularmente soy muy fan de los arroces, y solo con su índice ya me vuelvo loco viendo desde el humilde con pollo al meloso con nécoras o con rabo y boletos. Esto no es más que un grano (nunca mejor dicho) de arena en un desierto gastronómico en el cual podemos encontrar crema de lentejas con boniato, crema de zanahorias con habitas, champiñones a la mostaza, alubias pintas con carrilleras de cerdo, hamburguesas de pavo al jerez… y que conste que estos platos que he enumerado son recetas al azar que he escogido hojeando, porque pillas este recetario y no sabes por cual decidirte.
Deliciosos platos divididos en Entrantes, Sopas y cremas, Hortalizas, Legumbres, Huevos, Pastas y masas, Carnes, Pescado… Y como de casta le viene al galgo, un apartado en especial incluye recetas de Joseba Arguiñano, digno sucesor de su padre o de su tía Eva, ya que su famoso brioche de chocolate también figura entre sus páginas. Al igual que unos espectaculares postres con la colaboración de la mencionada Eva Arguiñano.
Todas las secciones fácilmente localizables gracias a sus marcadores de colores y cada receta con explicaciones claras y concisas en las que enumeran sus ingredientes, explica su elaboración y regala algún consejo para que el plato salga perfecto o hacer nuestro trabajo más fácil. También ayudan y animan bastante las excelentes fotografías del plato en cuestión ya presentando, todo ello en papel de la mejor calidad.
Un libro que hará que te atrevas con todas sus recetas por lo sencillo que Karlos lo hace, y por lo delicioso del resultado. Y ahora me vais a perdonar, pero estoy impaciente por meterme en la cocina que se me ha abierto el libro por el pavo relleno de pimientos con salsa de queso azul. Buen provecho.