Y el tiempo se paró, de Balta Infante Fuentes

Y el tiempo se paró

Imagina despertar un día y que todo se haya quedado detenido en el tiempo excepto tú. Debe ser una sensación desconcertante, ¿verdad? Esto es lo que le ocurre a Baru aquella mañana del ocho de septiembre de 2020. La noche anterior había estado con sus amigos viendo la lluvia de estrellas de Perseidas que, como cada año, surca el cielo. Tras un rato agradable con sus amigos, llega a casa y cae en un profundo sueño hasta que a las cuatro de la mañana despierta sobresaltado. Cuando Baru mira al cielo descubre que la constelación de El Carro ha desaparecido del firmamento. Pero lo más extraño todavía está por suceder: las estrellas forman el siguiente mensaje en el firmamento: “si en el transcurso de un año las siete estrellas no son devueltas a su lugar, el tiempo en la Tierra para siempre detenido quedará”.

Esta es la premisa de Y el tiempo se paró, la novela que hoy reseño. Durante su primera cuarentena en Japón, Balta Infante Fuentes se dio cuenta de que, aunque escribir su blog estaba bien, lo que realmente le apetecía era escribir un libro. Así, durante la segunda cuarentena se puso manos a la obra y durante la tercera consiguió, por fin, acabar esta novela. La idea inicial de Balta Infante Fuentes era escribir un libro que invitase al lector a reflexionar y tomar consciencia sobre los males del mundo y con Y el tiempo se paró ha logrado sus objetivos con creces.

Pero volvamos al libro, ¿os parece?

Para Baru todo esto le viene quizás demasiado grande. El tiempo se ha detenido y él parece ser el único ser humano que sigue su curso natural. ¿Qué ha podido suceder? Y lo más importante, ¿por qué él es la única persona que parece haber salido ileso? Necesita arrojar un poco de luz a este misterio y a sus pensamientos llega su abuelo Ricardo, que acaba de fallecer hace un mes. Siempre había sido una persona muy especial para él, todo un ejemplo donde se veía reflejado: sus viajes, sus conocimientos, su insaciable curiosidad… El joven Baru recuerda entonces una anécdota de uno de los viajes de su abuelo al sagrado santuario de Ise en Japón y tiene la corazonada de que si va a casa de su abuelo descubrirá algo que podrá ayudarlo.

Lo que Baru descubre en casa de su abuelo lo deja atónito: Ricardo, tras aquel viaje, había construido una nave espacial que el destino ha querido que sea Baru quien deba usarla por primera vez. Decidido a devolver la Tierra a su normalidad, Baru se embarca en un insólito viaje para recuperar las siete estrellas de El Carro. Su primer destino será nada más y nada menos que Mercurio.

Así, a bordo de Amaterasu, Baru llega a Okane City, la capital y única ciudad del planeta Mercurio. Un lugar gobernado por un temible Okane, amo y señor de una sociedad en la que el dinero decide el futuro de sus habitantes.

Allí conocerá a B-16, un robot que huye de un sistema corrupto donde las otras opciones eran elegir entre la esclavitud o la muerte. Juntos tratarán de encontrar la estrella que Baru necesita para que la Tierra vuelva a su estado natural.

A través de esta novela de ficción tan entretenida, Balta Infante Fuentes establece muchas similitudes entre la sociedad de Mercurio y aquella del planeta Tierra que el lector enseguida captará. El valor del dinero, el abuso del poder, la explotación y la esclavitud, el miedo, las diferencias entre ricos y pobres… todos estos temas harán reflexionar no solo a Baru, su protagonista, sino a los lectores de Y el tiempo se paró. Y es que, los males del mundo, parecen tener un denominador común: el ser humano.

Como os decía antes, el objetivo del autor al escribir esta novela era incitar a los lectores a tomar consciencia sobre los males del mundo y, al mismo tiempo, hacernos reflexionar sobre la manera en que podemos contribuir a hacer de este un lugar mejor. Y así es. Y el tiempo se paró es una historia amena y aparentemente sencilla que esconde una profunda reflexión entre sus páginas. Una novela entretenida que nos invita a pensar, crecer, dejar atrás nuestra zona de confort y perseguir nuestros sueños. ¿Habrá más aventuras para Baru y B-16? Espero que sí. Mientras, no se pierdan esta historia tan original.