Una exquisita novela ambientada en el Japón medieval que navega entre lo histórico y lo fantástico.

«La venganza no se produce de la manera esperada por nadie. La preocupación, finalmente, es encontrar el pase mágico que permita la comprensión de la existencia». Mariana Enriquez

«Un hijo no debe vivir bajo el mismo cielo que el asesino de su padre.» Con esta frase de Confucio se inicia Un crimen japonés, exquisita novela situada en el Japón medieval.

Yukata Tanaka, señor feudal de la provincia de Sagami, debe vengar la muerte de su padre, asesinado por una banda de samuráis enmascarados. La investigación del crimen lo arroja a los campos de batalla, a las intrigas cortesanas y sus traiciones. Como un príncipe que no llega a comprender, Yukata enfrentará la fascinación de los autómatas, las maniobras sentimentales de dama Ashikaga y los secretos del sokushinbutsu.

En China, el mago, alquimista e inventor Lun Pen Lui está obsesionado con una historia que evoca a la de Orfeo y Eurídice, por lo que inicia unos experimentos en su laboratorio con ayuda de una prostituta, a quien hace desaparecer en otra dimensión sin conseguir que regrese. Finalmente, logra viajar a través del tiempo y cae, como del cielo, en la corte del shogun de Kyoto en el Japón: el escenario de la primera parte de esta novela. 

Esta exquisita novela muestra la destreza narrativa de Guebel y evidencia un imaginario inabarcable, en cuyo lenguaje la erudición se encuentra con el folklore argentino a través de un discurso narrativo cargado de ironía que traspasa la solemnidad de la historia.

Tan oriental como argentina, la última novela de Daniel Guebel es un relato policial, una especulación sobre los reinos de ultratumba, una fantástica y melancólica historia de amor.

Daniel Guebel nació en Buenos Aires en 1956. Escritor, dramaturgo y periodista, es autor de las novelas Arnulfo o los infortunios de un príncipeLa perla del emperador (Premio Emecé y Segundo Premio Municipal de Novela), Los elementalesMatildeCuerpo cristiano, El terrorista, Nina, El perseguido, La vida por Perón, Carrera y Fracassi, El caso Voynich y Mis escritores muertos, entre otras; y de los libros de cuentos El ser queridoLos padres de Sherezade y Genios destrozados.


© Laura Pribluda

LA CRÍTICA HA DICHO:

«Se inscribe con esta valiosa pieza dentro de la larga tradición literaria de la escatología, de los imaginarios del más allá que empieza 2.750 años antes de Cristo con Gilgamesh descendiendo a buscar a su amigo Enkidu; sigue en la Odisea; en la Eneida, en la literatura cristiana y cristaliza con la Divina comedia de Dante».
Carlos Aletto, Infobae

«Más cerca de Alberto Laiseca y de su admirado Mika Waltari que de César Aira, lo hace a todo o nada, a lo kamikaze: Un crimen japonés enarbola quinientas páginas de un anacronismo tan épico como sutil, tan violento como evanescente».
Matías Serra Bradford, Clarín

«La prosa subversiva de Guebel viene de Gógol y de Nabokov, incluso parecería un improbable Pynchon argentino. Pero Guebel es grande por sus propias cualidades: su dominio de una frase enroscada pero con apariencia leve, gozosa y humorística; la riqueza de su imaginación; la erudición musical y filosófica; la pertinencia del pensamiento, y su desplazamiento sutil hacia el terreno de la parodia mediante un juego de anacronismos».
Carlos Pardo, BabeliaEl País

Sobre El absoluto (2016):

«El absoluto es una novela extraordinaria, una exploración de la memoria y la música, de la historia social, la ciencia y los vínculos familiares. La anatomía de la melancolía de Robert Burton es su remoto antepasado; sus coetáneos, Norman Manea y W.G. Sebald».
Alberto Manguel

«Hay un estilo Guebeliano, y es tan raro que un autor tenga un estilo (raro para alguien que escribe para ser un verdadero autor) que uno simplemente tiene que aceptarlo». 
César Aira

«Guebel es genial, nunca ingenioso. Es el mejor novelista de su -mi- generación. El más monolítico, monolingüe y leve de nuestros grandes autores». 
Luis Chitarroni

«Borges, un Guebel populista. Guebel, un Borges culto». 
Juan José Becerra