Pilar Adón De bestias y aves

Termina el verano, cambia la estación, y una mujer conduce durante horas en plena noche sin saber que se aproxima a Betania, una casa aislada, casi un territorio fuera del mundo. Un lugar desconocido y habitado exclusivamente por unas mujeres que, sin embargo, sí parecen conocerla a ella. Lleva a sus espaldas a una hermana ahogada, y no le ha dicho a nadie que se marcha ni adónde porque ni siquiera ella sabe que su viaje va a ser tan largo. Que está a punto de entrar en una casa en la que las mujeres se visten de la misma manera, como adeptas de un culto ancestral, y llevan a cabo extraños ritos y celebraciones. Un espacio en el que las cabras dominan todo lo que no esté vigilado por los innumerables perros que viven allí, y en el que una roca inmensa oculta la luz del sol y domina el paisaje. En el que, al fondo, un lago delimita las fronteras del terreno, sobrevolado de manera perpetua por las aves. Y en el que también viven una mujer ciega a la que todas adoran y una niña que corretea de un lado a otro sin haber salido jamás de ese sitio. Un rincón de tierra, agua y árboles donde la recién llegada no quiere estar a pesar de que tal vez sea, como le dicen sin que llegue a creérselo, el lugar en el que descubra por fin lo que significa formar parte de algo.

«Nadie escribe como ella en España; su singularidad es insobornable; su estilo, único.»  Sara Mesa

«Oigo el nombre de Pilar Adón y pienso al instante en historias sugerentes, en buena prosa, en libros extraordinarios.»  Fernando Aramburu

«Fascina la capacidad literaria de Pilar Adón para sumergirnos en la naturaleza más elemental y despiadada.»  Manuel Longares

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En Betania no había teléfono. Así que nada de llamadas. Nada de mensajes. Nada de saludos ni de disponibilidad absoluta para cualquier idea que implicara una exposición, una charla, un debate, un traslado en tren o en avión. Había empezado a hacer una bufanda pensando en Zinaída y su ovillo de lana mientras andaba por el pasillo, se sentaba en un sillón y volvía a levantarse. Se apoyaba en una puerta, bajaba al sótano para comprobar cómo seguía todo y regresaba a la planta de arriba atenta al sonido de una sierra eléctrica, a pesar de que le habían dicho que en la zona estaba prohibido talar árboles.

Avanzaba sendero abajo en dirección al lago, planificando su siguiente paso, deslumbrada por el cielo azul, sin que nadie le hiciera caso ahora que las circunstancias habían cambiado. No obstante, debía seguir poniendo atención en lo que hacía, aunque no de una manera tan estricta. Los insectos ocultos bajo las hojas. Los objetos metálicos que brillaban en los márgenes del terreno, junto a los postes y la alambrada. Con  una actividad que era un indicativo de su buen estado mental, creía. Una prueba sólida que venía a de-mostrar que si había decidido seguir allí, si había dejado de buscar una salida, un teléfono o un coche con gasolina, no se debía a que se encontrara en un momento depresivo ni delirante sino a que había optado por ser fuerte y esperar una nueva señal. A que había un antes y seguramente habría un después, pero sobre todo a que en el ahora lo que quería era repetir el encuentro. No defraudar a nadie.

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ilar Adón nació en Madrid en 1971. En 2017 Galaxia Gutenberg publicó su libro de relatos La vida sumergida y en 2015, su novela Las efímeras. «Una escritora universal desde su particularidad y en la plenitud de su talento.» Carlos Pardo, Babelia. «A sus libros les ocurre que, sin forzarlos, hablan de literatura solos.» Pilar Castro, El Cultural. Su novela Las hijas de Sara (Alianza, 2003) fue considerada por la crítica una de las diez mejores de ese año. Su libro de relatos Viajes inocentes (Páginas de Espuma, 2005) la hizo merecedora del premio Ojo Crítico de Narrativa. «Unos relatos que la autora sabe dotar de una complejidad que va más allá de lo descrito.» Juan Ángel Juristo, ABC. En 2010 publicó el volumen de relatos El mes más cruel (Impedimenta), por el que fue nombrada Nuevo Talento Fnac y quedó finalista de los premios Setenil y Tigre Juan. «Pilar Adón es muy buena. Hacía tiempo que un libro de cuentos no me impresionaba tanto.» José María Pozuelo Yvancos, ABC. Es autora de los poemarios Las órdenesMente animal La hija del cazador (La Bella Varsovia, 2017, 2014 y 2011). Ha traducido obras de autores como John Fowles, Penelope Fitzgerald, Henry James y Edith Wharton.