No se cuántas veces me he preguntado si daría marcha atrás en el tiempo y volvería a mis años universitarios. Siempre he dicho que no, que ni de broma regresaría a aquella época de exámenes y estrés. Sin embargo, cuanto más pasa el tiempo, más dudo. Por un instante, aunque sea, daría casi todo por volver a sentir esa libertad propia de saber que tienes todo por delante y de querer comerte el mundo.
Los protagonistas de la novela Fastrack. Caminos (im)paralelos son tres jóvenes que, precisamente, están estudiando en Madrid un máster de negocios en una de las más prestigiosas escuelas del mundo. El paso final que les catapultará a la vida adulta, a dejar de lado esa libertad de la que os hablaba, pero también la puerta que les abrirá nuevas experiencias, quizás nuevas libertades.
Jose, Marc y Olivia están cursando un máster. Aunque sus contextos e historias son bastante diferentes, los tres son estudiantes excelentes y determinados. Tienen las ideas claras y lucharán por conseguir sus objetivos. Eso sí, cada uno a su manera. Desde un comienzo, los tres se hacen muy buenos amigos, prácticamente inseparables. Juntos recorrerán esta última etapa de sus vidas de estudiantes. Una etapa a la que no le faltará de nada: envidias, líos, amor, sexo, fiestas y, sí, muchas ganas de comerse el mundo.
Fastrack. Caminos (im)paralelos nos introduce en el mundo de la moda, concretamente en la realidad del fast fashion a través de dos empresas conocidas por todos: una con sede en A Coruña y la otra en Estocolmo. Os suenan, ¿verdad?
Una vez finalizados sus estudios, los tres jóvenes lograrán entrar desde arriba en estas empresas. Sus caminos se bifurcan, pero al mismo tiempo, y de una forma totalmente original, llevan vidas paralelas cada uno en sus puestos de trabajo. Viajes, mudanzas, nuevas oportunidades, mejores ofertas, nuevos cargos, amores, recuerdos… Sus vidas, a miles de kilómetros, aunque dispares, siempre están conectadas por el mismo hilo. Aquel que les unió en amistad y aquel que teje el entramado de la industria de la moda.
Un cuarto personaje, Aila, llegará para trazar otra línea paralela a esta historia. Otro camino que se bifurca, pero que al mismo tiempo une las vidas de estos jóvenes. Siempre, por supuesto, con la industria de la moda como telón de fondo, como hilo conector de esta original trama.
Justin J.M King nos propone con Fastrack. Caminos (im)paralelos un thriller corporativo realmente interesante. Una forma auténtica y muy atrevida de adentrarnos en el universo del fast fashion y del management desde dentro, de la mano de alguien que conoce bien los entresijos del mundillo.
Me ha gustado, especialmente, la caracterización de los tres protagonistas. Creo que Justin J.M King ha hecho un trabajo digno de alabar con los personajes. Es muy fácil conectar con ellos: son tremendamente reales y humanos. Acompañarlos en su crecimiento, en sus experiencias, anhelos y miedos es un verdadero lujo.
Asistir, como lectores, a esta etapa de sus vidas y ver cómo las decisiones que cada uno toma afectan no solo a sus trayectos, sino a esas líneas (im)paralelas que no dejan de cruzarse en toda la novela es una delicia.
El estilo de Justin J.M King es claro, conciso y sin tapujos. Sus descripciones, sin pelos en la lengua, sus diálogos frescos y, por supuesto, sus personajes, hacen que Fastrack. Caminos (im)paralelos sea uno de esos libros que te atrapan en su trama y que no puedes soltar.
Una novela repleta de contrastes, de finos matices que saborear y de un realismo embriagador que se desarrolla en la ficción. Sin duda, Justin J.M King nos invita a reflexionar y plantearnos aquello que, muchas veces, damos por sentado. No se pierdan Fastrack. Caminos (im)paralelos. Estoy segura de que la disfrutarán.