Ed. Fundación José Manuel Lara, 2022
XLI premio “Felipe Trigo” 2021
Compone esta novela un curioso retablo de personajes, que podrían haber sido protagonistas de una película del primer Berlanga por lo catastrófico de sus vidas y a la vez por la ternura con que el autor los trata. Ternura que no oculta la crudeza de las situaciones, los detalles escatológicos y las escenas donde se muestra la brutalidad de la naturaleza humana y lo despiadado de ciertos comportamientos ante lo diferente en sus distintas facetas.
La novela sigue en diversas escenas la vida de una mujer, Malasanta, desde su gestación en un prostíbulo, en un imaginario pueblo llamado La Ciénaga. Cada escena, de las seis que se presentan, muestra otros personajes que comparten con ella el protagonismo, y que al autor le sirven para describir situaciones de incapacidad física o mental, y las distintas reacciones que se generan de su trato. Historias colaterales que acaban confluyendo en la historia de la protagonista principal.
Gran importancia tienen los nombres en esta novela, (como en otras del autor) porque los usa del modo originario, ancestral, que es el que da una pista sobre la personalidad del que los lleva. Son nombres que significan algo, que tienen una directa relación significativa con la vida de la persona que encarna ese nombre.
Empezando por la propia Malasanta, que combina en su personalidad un exterior no muy afortunado (su vida como prostituta, como mala mujer) con un interior lleno de ingenuidad, inocencia y bondad (de ahí su santidad). Lo prueba su trato con Niño Truncado (acertadísimo nombre, así como el de la madre, Anhelo Truncado), o con Candela, con sus peces rojos, con Modesto Baldío, con el adolescente Cándido Fogoso.
Malasanta no sabe nada del mundo fuera del prostíbulo donde nace y vive muchos años. Nunca ha pisado una escuela y no sabe dónde está Chipre, aunque sueña con esa isla en su imaginación, entre los vapores del coñac Fundador. Primero se deja llevar por la corriente, haciendo lo único que ha aprendido desde su más tierna infancia, pegada a las faldas de su madre, la prostituta portuguesa Dámasa la Tuerta. Y después trata de ampliar horizontes y liberarse de la tutela de la Madame, Doña Expiración. Pero la libertad conlleva siempre conflictos, que Malasanta irá sorteando como pueda.
Es esta una narración cruenta, dura, con algunos pasajes terribles e impactantes como la vida misma, y que el autor presenta sin ahorrar detalle. A pesar de lo cual, se aprecia en otros pasajes un humor sombrío, casi negro, pero ciertamente algunas situaciones pueden mirarse con un amago de sonrisa en los labios. Cubre toda la narración un manto de ternura que envuelve a la protagonista y a sus compañeros más directos, sin manifestar juicios de valor, solo mostrando los fríos hechos, que de puro realistas a veces soliviantan.
Es, pues una narración que impresiona y que puede herir sensibilidades delicadas. No es un cuento para niños, ni una novelita light, para pasar el rato. Es una narración para leerla con el estómago prieto y fuertemente asentada en el sillón de orejera. Y merece la pena, créanlo.
Fuensanta Niñirola