Tod Hackett es artista y ha llegado a Hollywood para trabajar en los estudios como diseñador de vestuario, mientras sueña con pintar su obra maestra, La quema de Los Ángeles. Faye Greener busca triunfar como actriz y entre tanto se vende a quién pueda pagar un precio no muy elevado. Homer Simpson, abúlico y sin un objetivo en la vida, vino por motivos de salud y se limita a existir y a consumirse de amor por Faye. Earle y Miguel son vaqueros sin trabajo, viven en una chabola y organizan peleas de gallos. Adore Loomis, típico niño repelente al que su madre arrastra de casting en casting, ejerce con entusiasmo de típico niño repelente. Todos estos personajes y algunos más conviven en el Hollywood hortera y soleado de los años 30, siempre al margen del éxito, siempre en medio de la insatisfacción, configurando un pequeño universo de deseos frustrados y ambiciones engañadas en el centro mismo de la fábrica de los sueños de cartón piedra. Escrita con despiadado humor y sin concesiones a ningún sentimentalismo, El día de la langosta, publicada en 1939, ha sido comparada con otras grandes crónicas del mundo de Hollywood, como El último magnate, de Francis Scott Fitzgerald, estricto contemporáneo de West y esclavo, como él, de la industria del cine. John Schlesinger convirtió en película esta novela de culto en 1975, con Donald Sutherland, Karen Black y Burgess Meredith en los principales papeles. |