Cocido y violonchelo de Mercedes Cebrián

¿Qué sucede cuando a una edad “tardía” decides aprender a tocar el violonchelo?
 

La nueva novela de Mercedes Cebrián nos habla de esas vocaciones tardías y de los placeres de la vida en una lectura chispeante, divertida y profundamente inteligente, que muestra la gran maestría de una buena escritora.
 
«Cebrián consigue lo más difícil: bajo la apariencia de una novela ligera, que se lee con amenidad, late un pulso profundo que plantea cuestiones existenciales.».
Borja Ortiz de Gondra

 
«Este libro de Mercedes tiene todas las cualidades que me seducen en la buena escritura: buen oído, buen diente, inteligencia y dominio cómodo y natural del instrumento.».
Héctor Abad Faciolince
 
Mercedes Cebrián  decide aprender a tocar el violonchelo a una edad a la que, al parecer, ya es tarde para ser principiante. Emprende así una curiosa aventura acarreando en la espalda un instrumento poco popular en España que la lleva desde academias de música y orquestas de aficionados hasta talleres de luthiers que huelen a cocido recién hecho. La autora indaga en la naturaleza de la música, a la par que observa con lupa y cáustico sentido del humor un pequeño mundo donde desfilan talentos en ciernes o aficionados que luchan para sacarle buen sonido a sus instrumentos.

Y por el camino nos invita a pasear por una Rusia mental idealizada, con sus instrumentistas y gimnastas virtuosas, por el extraño submundo de los niños prodigio expuestos en las redes por sus madres, o por mesones castizos que sirven platos de toda la vida; desde la España postfranquista hasta la pandémica, en la que, para muchos, dedicar horas a desempolvar una vieja afición ha sido vital para mantener la cordura. Una novela  que se  cuestiona en qué ocupamos de verdad la vida. ¿Creamos para nosotros mismos o para el público? ¿Qué sentido tiene la vocación si no va acompañada del rendimiento? 
 
Cocido y violonchelo es ese recinto amplio y cómodo donde la desmesura y la obsesión por las actividades que nos proporcionan placer son atributos de los que enorgullecerse. Este es, en definitiva, un testimonio perspicaz, erudito y ameno de las ganas irrefrenables de sacarle el jugo a la vida.