La mejor obra de César Pérez Gellida, Astillas en la piel

Un thriller frenético y claustrofóbico en el que nada es lo que parece.
Pura sangre.


#Gellidismo #GéneroGellida

 «César Pérez Gellida es, sin ninguna duda, el mejor autor de novela negra de España».
Juan Gómez Jurado

«Los fieles al género Gellida estamos de suerte».
Dolores Redondo

«Hay dos formas de hacer suspense: acometerlo a la perfección o ser distinto. Gellida es lo segundo, pero sin dejar en ningún momento de ser lo primero».
Ángeles López

«Personajes memorables, thriller de alta tensión, imposible dejar de leer: César Pérez Gellida corre el riesgo de convertirse en el Stieg Larsson español».
John Carlin

El 9 de septiembre, Suma de Letras publica Astillas en la piel, la nueva novela de César Pérez Gellida

Un absorbente thriller psicológico en el que se confirma que César Pérez Gellida es el auténtico mago del engaño de nuestras letras.  Al más puro estilo cinematográfico, Gellida dinamita las expectativas del lector, llevando la trama por caminos inesperados y sembrándola de giros y sorpresas constantes. El forzado reencuentro de dos amigos de infancia con más de una deuda pendiente es el punto de partida de esta novela adictiva y asfixiante, que va mutando a medida que avanza. 


Detrás hay una estructura milimétrica con saltos atrás en el tiempo que van recolocando sin descanso las piezas del puzzle del presente; profundidad en el retrato de los (imprevisibles) personajes; mimo en la descripción de los escenarios (descollando el modo en que la villa de Urueña, con su caótico trazado medieval y bajo una impenitente cencellada, sirve de contrapunto geográfico de las emociones
extremas que embargan a los personajes) y una prosa muy cuidada (como ejemplo, los conocimientos anatómicos y médicos que despliega el autor a lo largo del libro).

Astuta y violenta, chocante y divertida, podría decirse que Pérez Gellida ha levantado un mini parque de atracciones en el que no faltan ni un tren de la bruja, ni un salón de los espejos deformantes ni una montaña rusa.

«Algo distinto pero reconocible. Eso era lo que pretendía cuando me encontraba yo en la tesitura de decidir la forma en la que quería contar la historia que, a fuego lento, se estaba cocinando en mi cabeza. Dicho de otro modo: quería que los ingredientes fueran otros a los que suelo utilizar, sí, pero que el guiso no defraudara ni a quienes están acostumbrados a comer en mi mesa ni a los que se sentaran a ella por primera vez. Y que yo me divirtiera en
mis fogones, por supuesto.».
César Pérez Gellida sobre Astillas en la piel