Escritas «con prisas» y «probablemente malogradas», así lo dice él mismo, las novelas de Fiódor Mijáilovich Dostoievski (1821-1881) lo convirtieron en uno de los autores más importantes de la historia de la literatura. Su biografía podría pasar por una de sus novelas: tuvo una infancia difícil, participó en movimientos progresistas rusos, fue condenado a trabajos forzados, vagó por toda Europa, padeció epilepsia, alcoholismo, adicción al juego… Hasta ese punto el protagonista, contradictorio y de actos sorprendentes, está atrapado en un torbellino de historias tan inverosímiles que parecen inventadas. No lo son. Lo someten a unas pruebas terribles que, para sobrevivir, lo obligan a sumergirse en esos rincones normalmente ocultos de la personalidad donde se alojan los mecanismos de nuestras conductas. Conduciéndonos hasta allí, Dostoievski nos descubre a sus personajes. No debe sorprender que estos se le parezcan, tan profundamente asombrosos cuando rozan el misterio de la existencia, tan ordinarios en la vida cotidiana, en la que son, al igual que él, un ser como cualquiera de nosotros.
Virgil Tanase, nacido en Galati, Rumanía, en 1945, ha recibido el Premio Unión Latina, el Premio Serban Cioculescu del Museo Nacional de Literatura Rumana y el Premio de Dramaturgia de la Academia Rumana. Cursó estudios de letras en la Universidad de Bucarest y de escenografía en el Conservatorio Nacional rumano. Es autor de una tesis de semiología del teatro bajo la dirección de Roland Barthes, y desde 1977 reside en Francia, donde ha llevado a cabo treinta puestas en escena. Es autor de quince novelas en lengua francesa. Es autor, en la colección «Folio Biographies», de las obras dedicadas a Chéjov (2008), Camus (2010), Dostoievski (2012) y Saint-Exupéry (2013). Tanase ha hecho adaptaciones para teatro de obras de autores diversos, de Balzac a Anatole France, pasando por Proust y Dostoievski. |