Los relatos de Lovecraft te pueden gustar más o menos, incluso no gustarte (hay gente para todo), pero hay que reconocerle que lo que contaba lo contaba muy bien. Al menos a mí siempre me ha dejado embelesado su prosa. Esa forma de escribir, de transmitir, pocos autores lo consiguen, siendo muy difícil no engancharse a su lectura desde la primera página.
No sé si lo he leído todo de este autor, si me queda algo es muy poco. De todas ellas “En las montañas de la locura” es mi obra favorita. No sé si tiene algo que ver que fuera la primera que leí de este autor, pero guardo en mi recuerdo esa primera impresión de la fascinación que me produjo todo este universo habitado por seres de otro mundo, de civilizaciones más antiguas que la humanidad y dioses primigenios, todo ello cabalgando entre el terror y la fantasía.
Minotauro tiene una preciosa colección llamada “Minotauro ilustrados”, donde podemos encontrar verdaderas joyas. Entre ellas varias obras de Lovecraft. La primera que ilustró Baranger de este autor fue el clásico “La llamada de Cthulhu”. Tal vez a muchos no os suene François Baranger, pero si os cuento que ha trabajado como concep artist para producciones como “Harry Potter”, “Furia de Titanes” o “La Bella y la Bestia” y en los videojuegos “Heavy Rain”, “Beyond: Dos almas” por poner algunos ejemplos, ya os podéis hacer una idea de la talla de este artista.
“En las montañas…” es una obra muy querida por mí, y he de confesar que tuve mis reticencias a la hora de acercarme a esta edición ilustrada. ¿Se parecerían las ilustraciones a la imagen que me había creado dentro de mi cabeza cuando leí la novela?, ¿retrataría Baranger los paisajes y los seres de pesadilla de forma aproximada a como yo los imaginé? Cuál sería mi sorpresa al descubrir que este artista no había tan solo captado de forma aproximada la imagen que yo tenía de este universo, era increíble comprobar como los dibujos eran como si a la hora de leer la novela original se proyectaran esas ilustraciones desde mi cabeza al las páginas del libro. Esto tan solo demuestra la maestría de Lovecraft a la hora de transmitir su texto, y por supuesto la valía del ilustrador a la hora de plasmar a la perfección la descripción del autor. Una vez que ves como se unen los textos de Lovecraft y las ilustraciones de Barager, sabes que son un todo complementándose a la perfección.
Este segundo volumen comienza en el capítulo VI. Dyer y Danforth se adentran en la entrañas de la ciudad desconocida, motivados tanto por la curiosidad científica como por seguir la pista del desaparecido Gedney.
Allí descubrirán un gigantesco laberinto junto a innumerables bajorrelieves que describen a la civilización antigua que habitó en ese lugar. Pero cuando de pronto encuentran el cadáver de Gedney, ¿a quién habían estado siguiendo desde el principio?
Una obra preciosa que hay que tener aunque ya se posea la novela original, ya que como digo más arriba, la complementa, aparte de que es un lujo poder disfrutar de esta obra en tapa dura en gran formato, donde podemos deleitarnos en sus maravillosas ilustraciones una y otra vez, descubriendo nuevos detalles cada vez que las admiramos.