De nuevo he de agradecer a Minotauro la oportunidad de poder reencontrarme con los grandes autores de la ciencia ficción mediante esta preciosa colección. Gracias a ello podemos disfrutar de la reedición de relatos cortos del gran Ray Bradbury.
Hace poco degustábamos “Fantasmas de lo nuevo”, y parece que Minotauro ha oído que se nos hizo demasiado corto, así que ahora podemos disfrutar de “Conduciendo a ciegas”, otra compilación que consta de veintidós relatos breves del autor, editado originalmente en 1997.
Con la prosa exquisita que lo caracteriza, nos deleita con una colección donde a través de sus relatos homenajea el despertar del sexo en ese extraño viaje que es el paso de la niñez a la adolescencia; en ese la vida sigue cuando nos hayamos ido al, quien sabe, otro mundo; a la nostalgia y a la distorsión de los recuerdos de nuestro pasado al compararlos con el presente; a como la cotidianidad es una losa que va ahogando las relaciones personales, impidiendo ver lo que era tan preciado al principio de la relación; como a veces nosotros mismos somos nuestros peores críticos, sin explayarme demasiado, porque aquí aludo al relato que da nombre a este libro, y lo bonito de estos cuentos son las reflexiones personales que despiertan en cada lector. Relatos que diseccionan la vida y experiencias en las cuales sería raro no vernos reflejados en algunos de ellos.
Siendo el autor conocido por lo fantástico y la ciencia ficción, en esta compilación prescinde de estos géneros, y visita solo de pasada en alguna alusión su recurrente Planeta Rojo. Aquí disfrutamos del Bradbury más mundano, más real, más humano. Más que explorar otros mundos, a través de estos relatos explora el alma humana en estos cuentos que se nos hacen demasiado breves. Tened en cuenta que estamos hablando de un libro de doscientas cuarenta páginas que albergan veintidós relatos. Muchos podrían ser el prólogo de una deliciosa novela que nos encantaría leer.
Ray Bradbury deja patente que aparte de ser uno de los autores de ciencia ficción distópico más aclamados, era uno de los mejores escritores de relatos cortos, y si en sus obras más conocidas hacía hincapié en un futuro no demasiado halagüeño para la humanidad, en estos relatos deja ver que es el pasado lo que nos marca, dejando claro que nuestro futuro no es más que el reflejo de decisiones y actos pretéritos.
Al final de esta obra deja, como él mismo define, una breve nota final, demostrando una vez más su humildad, señalando de donde surgió la semilla para plasmar alguno de estos cuentos; de como algunas vivencias vitales fueron su fuente de inspiración. Una muestra más de porqué somos tantos los lectores asiduos a este autor. Pero también muy recomendable para todo aquel que no lo conoce al huir del género que lo hizo famoso. Dadle una oportunidad y descubriréis a un autor intimista que cautivaba a través de su prosa.