¿Cómo reseñar un libro como este? Un libro que solo con verlo en una librería ya te enamora. Un libro que es una preciosidad y que te tiene que gustar solo si tienes ojos en la cara y un mínimo de sensibilidad.
Ya no es solo que te pierdas en cada una de sus maravillosas ilustraciones de las que no podrás apartar la mirada, porque cada vez que las repasas descubres un detalle nuevo. No, no es solo por eso, es que además a su autora es un placer leerla. Con un lenguaje sencillo y directo nos da la sensación de que una amiga nos habla de alguien a quien admira, huyendo de sesudos y aburridos análisis de su obra.
Irene Mala podría haberse conformado con crear una obra en la que solo recopila sus ilustraciones sobre el vasto universo de Tim Burton -como el propio título indica- y ya sería un libro maravilloso, porque todo aficionado al gótico director capta de un solo vistazo todas sus referencias. Pero no se ha limitado a ello y acompaña sus dibujos con pequeños matices en forma de breves biografías, conceptos y análisis que dan forma a ese universo al que alude su título, y que ayudan a entenderlo mejor.
Muy bien estructurado comienza a contarnos quien es Tim Burton y cómo llegó a ser el autor que es. Irene nos muestra qué elementos lo marcaron y cuáles son recurrentes en toda su filmografía, descubriéndonos la psique de ese niño solitario al que le gustaba dibujar su mundo a medida.
Sigue haciéndonos de guía por este universo infinito, como en una de las analogías espaciales que utiliza la autora para titular cada capítulo por el símil de elementos astronómicos al que recurre para este particular cosmos, que completa con una breve biografía de actores y técnicos fetiches de Burton donde nos cuenta todo lo que orbita entre ellos. Poniendo la guinda final en un pequeño análisis de cada una de las obras del director, empezando por sus inicios en el mundo del cortometraje, pasando a continuación por todas sus producciones en el campo del largometraje. Me gusta particularmente esta parte y en como Irene Mala se moja dando su opinión de cada una de las producciones, tratándolas de forma muy personal y subjetiva y que a pesar de admirar tanto al director no le eclipsa la razón e indica que alguna de ellas no le gusta o no le pareció a su altura, dándole más credibilidad a este libro.
A pesar de centrarse en este particular director, este libro no debe limitarse a sus fans. Irene Mala es ya una reputada ilustradora y pintora con un estilo muy particular, y este libro, artísticamente hablando vuelvo a reiterar que es una maravilla donde cada una de sus ilustraciones merece ser enmarcadas y admiradas individualmente. Un libro que se ha ganado un lugar especial en mi estantería.