Reseña de Insólitas: Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España

En un justo ejercicio de visibilización, vienen publicándose en estos últimos años una serie de antologías de autoras del género fantástico que escriben en español. ‘Poshumanas’ y ‘Distópicas’ reúnen, en textos que van desde el siglo XIX a la actualidad, a escritoras españolas de ciencia-ficción, mientras que ‘Terroríficas’ hace lo propio en su campo. Por su parte, y en el terreno de la ciencia-ficción contemporánea, las cuatro compilaciones del proyecto ‘Alucinadas’ incluyen además a autoras latinoamericanas.

Pero ‘Insólitas’ es, según palabras de sus editoras (femenino inclusivo) Teresa López-Pellisa y Ricardo Ruiz Garzón, “la primera antología (…) que reúne a escritoras de diferentes generaciones de trece países con textos de todas las modalidades del fantástico en español”, lo cual incluye la fantasía, la ciencia-ficción, el terror y todos los subgéneros híbridos. En su Introducción también aportan razones que justifican la fertilidad de estos territorios para las mujeres escritoras: “Lo insólito, vamos comprobándolo, permite cuestionar el orden simbólico a partir de la transgresión, ya sea del lenguaje o de las convenciones culturales, y ese ejercicio de subversión contra lo normativo es perturbador y revolucionario, por lo que desde el feminismo supone un arma cultural de gran interés”. De hecho, en los veintiocho relatos aquí seleccionados veremos a mujeres, niñas y adolescentes gravitando en su centro alrededor de los problemas derivados de su condición femenina.

Lo insólito puede ser un detalle, una grieta por donde se cuele en lo cotidiano otra realidad, como muestra con sutileza Cristina Fernández Cubas a lo largo de toda su obra. En ‘Mi hermana Elba’, quizás el relato más conocido de la antología, su gusto por jugar con la crueldad de la infancia y los espacios inquietantes se traslada a un internado religioso, en el que la magia de esa edad resplandece hasta que la adolescencia viene a sofocarla. A Patricia Esteban Erlés, por su parte, le basta con un detalle para, con su humor negro habitual, meter en problemas al protagonista de ‘Línea 40’, al que las cosas le van tan mal que no dudaría en cambiarse por aquellos con los que se cruza.

El relato de terror clásico con niños que se cuelan en mansiones abandonadas lo aporta Mariana Enríquez con ‘La casa de Adela’, donde apuntala lo siniestro con lo deforme, mientras que Ana María Shua opta por la parodia y el humor para cuestionar, en ‘Vida de perros’, la consideración de lo extraño como enfermedad. El protagonista es un lobisón, el hombre lobo argentino que no ataca a los humanos, al que sus padres animan a relacionarse con otros adolescentes especiales en reuniones familiares, y a tratarse con un psicoanalista. Cristina Jurado prefiere el terror onírico para graduar un proceso de posesión en ‘La segunda muerte del padre’, y para lo macabro cocinado con ironía contamos con dos indispensables: Pilar Pedraza con su particular ‘Balneario’ y Angélica Gorodischer que, en ‘Una mujer notable’, apuesta por el uso de los poderes sobrenaturales como defensa contra el maltrato en la pareja.

La ciencia-ficción de naves espaciales, combinada aquí con la inmigración ilegal, está presente en ‘Nada que declarar’ de Anabel Enríquez. La de viajes en el tiempo, en ‘Loca’ de la versátil Elia Barceló, que aprovecha para arremeter contra la violencia machista. Y si a García Márquez se le cayó un ángel en cierto relato, ‘El ángel caído’ de Cristina Peri Rossi lo hace en un paisaje apocalíptico. Daína Chaviano es, por su parte, la encargada de la fantasía épica con ‘La dama del ciervo’, una sugerente reelaboración, plena de elementos mágicos y simbólicos, del mito bíblico de la caída y la redención.

No pueden faltar, finalmente, las distopías que advierten de un futuro cuyos primeros brotes malsanos empiezan a asomar ya. La de Laura Ponce en ‘Paulina’ previene contra un mundo de desigualdades y precariedad laboral, mientras que Laura Gallego diseña en ‘WeKids’ una red virtual protegida para uso exclusivo de menores, en una sociedad del espectáculo en la que no importan las capacidades sino el número de seguidores en la red. ¿Les suena?

No creo que se pueda conseguir un catálogo más diverso para demostrar las posibilidades del género fantástico, ni un grupo más selecto de autoras para confirmar la solidez de una tradición y la solvencia del relevo generacional. ‘Insólitas’ es pues un ejemplo de cómo un simple ejercicio de visualización puede acabar convirtiéndose en una explosión deslumbrante.

 

Reseñado por Rafael Martín