En esta nueva entrega de las aventuras detectives de Pepe Carvalho asistimos a mucho más que una novela policíaca.
Carlos Zanón recupera la figura de este querido personaje quince años después de la desaparición de su creador Manuel Vázquez Montalbán
Sin saber bien cómo ni por qué, Carvalho anda desgarrado entre Barcelona y Madrid. En Barcelona le quedan los restos de su tribu y el despacho en el que sigue trabajando. En Madrid anda perdido en el laberinto de una mujer casada con un prohombre de la política nacional, y que le ha desestabilizado más de lo que consiguió nadie antes. Quizá se está haciendo viejo o le asaltan —como al propio país— problemas de identidad a todos los niveles: ¿quién eres, Carvalho?, ¿qué quieres?, ¿qué buscas? Estamos en 2017 y las placas tectónicas de la sociedad parecen moverse de un modo inédito. Los problemas de siempre, la desaparición de una prostituta o una vieja amiga que acude en busca de ayuda por un sangriento crimen familiar. En lo personal, la complicidad con Biscúter pasa por horas bajas, y su salud no es la mejor noticia del momento.
Y sigue odiando la música moderna y quemando libros.
De esta obra se ha dicho:
- El invento de Carlos Zanón no funciona, no es ni homenaje ni parodia y, a partir de cierto momento, se diluye igual que una pastilla efervescente – Infolibre
- La acción es acartonada y el salto de uno a otro caso sólo consigue dar la impresión de que el autor no ha sabido a qué carta quedarse – Infolibre
- Los apasionados del escritor disfrutarán como chiquillos. Los de Montalbán, deberán leer esta obra como lo que es: un homenaje a uno de los personajes más emblemáticos de nuestra literatura. – El Periódico
Sin duda como el original no hay nada, pero como a todo habrá que darle una oportunidad y ver si por lo menos sorprende en algo.