El origen de este libro hay que buscarlo en la exposición “Covers”, organizada por la Universidad de Valencia en 2012 y comisariada por ambos autores. Una muestra en la que, por medio de fotos, vídeos, objetos, portadas de revistas, cómics, carteles, etc. centraba la atención del espectador en el surgimiento del primer movimiento masivo juvenil, de la mano del rock. Young Americans está escrito en tono de reportaje informal, mostrando la sociedad americana de los años cincuenta y primeros sesenta, cuyas noticias recibíamos en España con cuentagotas y sordina, a través de la fuerte censura de los medios controlados por el férreo estado dictatorial. En los cincuenta, Europa trataba de emerger de la terrible posguerra, y la principal ocupación era sobrevivir, regenerar una sociedad con gravísimas heridas de guerra, unas ciudades y campos devastados, familias destrozadas, empresas hundidas y esperanzas rotas. Mientras, en Europa, solo minorías desesperanzadas escuchaban a Edith Piaf o Juliette Greco, vestían de negro y seguían angustiados las nociones del existencialismo de Sartre, a ritmo de jazz, traído por los americanos en su desembarco europeo.
Pero esto no entra dentro de la mirada de Serna & Lillo asociados, cuyo punto focal se dirige más allá del Atlántico, al país del sueño americano, el país de la libertad. La posguerra americana en los cincuenta no era tal. Mas bien fue un despegue, una carrera de toda una sociedad que corría desaforada hacia adelante, convencida de que podía llegar donde se lo propusiera. Se masifican múltiples factores que ayudarán al naciente movimiento juvenil: la televisión, donde millones de personas pueden ver al instante a Elvis moviendo las caderas; los automóviles y los drive in, donde los jóvenes pueden explayarse; los electrodomésticos de todo tipo, que hacen feliz al ama de casa; surgen los primeros anticonceptivos, con la consecuente modificación de los hábitos sexuales…el nivel de vida de una familia media crece a la par que crece la inquietud e intemperancia juvenil. Cuando se tiene de todo, como bien se dice en el libro, comienzan los caprichos y las rabietas…o las rebeliones. Estos jóvenes que no saben dónde van pero quieren irse. Kerouac, uno de sus ideólogos, así lo postula en su libro “On The Road”. La película “Easy Rider” sería el ejemplo ideal. Al fin y al cabo, es típica la tradición americana de los pioneros, la marcha hacia el Oeste, traspasar fronteras,…todo eso tiene un peso en el comportamiento juvenil.
En cada capítulo, Lillo y Serna tratan los diversos aspectos destacados de la sociedad americana de los cincuenta: las modas, (muy curioso el análisis del uso del sombrero y de la reacción juvenil contra él, desarrollando el peinado a base de gomina), el nuevo look tanto femenino como masculino, la música que todo lo invade en radiotransistores y tocadiscos, el mundo de Hollywood, con sus mitos, las estrellas de la pantalla, el auge imparable de la televisión, la recién inaugurada Disneylandia, la salida a la venta de Playboy, etc.
La era Kennedy, los inicios de la carrera espacial, la televisión y las series del momento (los Picapiedra, Embrujada…) que muestran los patrones sociales que se esperan en el televidente. El cine de esos años en Hollywood: el mito de las mujeres rubias, que encarnan el ideal de los caballeros….aunque luego se casen con las morenas. En este punto los asociados autores se explayan sobre el fenómeno sexual y los dos modelos femeninos de la época, simbolizados por Marilyn Monroe y Jacqueline Kennedy, que son a su vez ficciones, escaparates: Marilyn es una rubia teñida y la perfecta ama de casa Jackie Kennedy esconde problemas conyugales.
Por otra parte, es la época en la que se estrena “Lolita”, el perturbador filme de Kubrick basado en la novela de Nabokov, casi al tiempo en que sale a la venta el primer anticonceptivo. Es esto, más que el filme, lo que revolucionará la vida sexual de los jóvenes. La sexualidad explota como una bomba en la pacata sociedad, comprimida dentro de los corsés, rompiendo y rasgando: el aparentemente inocente hula-hoop, mueve las caderas adolescentes al tiempo que se pone de moda el twist, baile que arrasa en los parties mientras la imagen de Elvis moviendo voluptuosamente las caderas enerva la libido. La música lo invade todo, muchos cantantes siguen la estela de Elvis y se crea un clima de desenfreno… Mientras tanto, la Guerra Fría irá subiendo de temperatura, componiendo un telón de fondo a la locura juvenil. Mientras los “Chicos de la Playa” practican el surf a todo pulmón, la marcha sobre Washington tratará de cumplir el sueño de Luther King; pero King es asesinado, y Kennedy, también. Justamente ese mismo año, poco después, los Beatles aterrizarán en USA. La beatlemanía arrasará América…como arrasaba ya con sus canciones un tal Robert Zimmermann, de Minnesota, que se hacía llamar Bob Dylan. Uno de los últimos capítulos del libro está dedicado por entero a Dylan, siguiendo los pasos del documental de Scorsese, “No direction home”. Dylan encarna el sueño americano, el ideal de la libertad: el hombre que se basta a sí mismo, que abandona el hogar en busca de sus imprecisos sueños, siguiendo los patrones marcados por Kerouac y Woody Guthrie, a los que desea parecerse.
Al mismo tiempo, los Stones también aterrizan en América, y la invasión británica empieza a notarse. La llegada de los Beatles y los Stones a América cierra el ciclo que comenzó con la publicación de “El guardián entre el centeno”, de Salinger, en 1951. O al menos, esa es la propuesta de Lillo & Serna. A partir del año 65 comenzará una etapa que llevará hacia la psicodelia, las drogas, los hippies y el flower power, movimientos que ya no son el objeto de este libro.
Haciendo un repaso del contenido en el último capítulo, inciden los autores en algo que habían olvidado citar: el pop art, que, con Warhol a la cabeza, preconiza un arte popular, para las masas, donde los objetos cotidianos, con formas extraídas del cómic, muy simples y planas, parecen cobrar vida propia.
El texto principalmente muestra hechos y sugiere ideas. No afirma rotundamente nada. Da claves para que el lector compare y valore, viajando en el túnel del tiempo para mostrar las posibles similitudes o herencias en la actualidad. Un libro que interesará a las generaciones que no vivieron esa época, pero que aún pueden ver su influencia en los movimientos actuales, y asimismo, hará recordar a los que lo vivieron, trasladándoles por unas horas, a sus años adolescentes o juveniles.