Por Benito Garrido.

Una sorprendente y efectiva comunión entre mitología y novela policiaca ha encumbrado a Dolores Redondo al podio de los autores más vendidos del momento. Son más de trescientos mil los lectores que ya esperaban con ansia Ofrenda a la tormenta (Ediciones Destino, 2014), la novela que pone broche final al fenómeno editorial de los últimos años. Una Trilogía del Baztán que ya tiene productores para su adaptación cinematográfica y que además ha provocado un goteo continuo de seguidores ávidos de imágenes y paisajes hasta Elizondo y el valle navarro donde transcurre la historia. Si con El guardián invisible Dolores Redondo se convirtió en una de las sorpresas literarias de 2013, con Legado en los huesos –segunda parte de la trilogía– confirmó definitivamente que llegó al panorama literario para quedarse. Ahora, con Ofrenda a la tormenta, el fin es el principio de todo.

“En un espacio natural tan magnético como el valle del Baztán la mitología es algo inagotable que se vive como una religión, creencias que –más tarde mezcladas con el cristianismo– se han ido pasando de unas generaciones vasconas a otras”, comenta la autora que ha sabido generar un espacio narrativo único donde investigación criminal y magia legendaria confluyen. Criaturas como el Basajaun y posteriormente el Tarttalo dan paso al Inguma, un perverso demonio que asedia a los niños pequeños mientras duermen para beberse su aliento. Redondo confirma que la inspectora de la policía foral Amaia Salazar resolverá el caso planteado en esta novela, pero no será la protagonista de su próxima novela, un proyecto que ya tenía en la cabeza desde hace tiempo y que está llamando urgentemente a la puerta para abrirse camino. “Aunque tenía un guión claro, la nota de autor final confirma que toda la trilogía está basada en un hecho real, un acto oscuro y criminal que ocurrió realmente pero que a la hora de novelarlo yo he invertido los lugares en los que ocurría”, concreta Dolores.

Ofrenda a la tormenta

La muerte súbita de un lactante, se convierte en denuncia oficial cuando una mujer evidencia el comportamiento sospechoso de su yerno y padre de la niña. Cuando el hombre es detenido por intentar robar el cuerpo inerte del bebé, todo acaba complicándose: lo que inicialmente había sido considerado como una inesperada muerte de cuna, pasa a ser una abierta investigación por asesinato. Si las marcas de presión sobre el rostro de la criatura revelan las verdaderas intenciones del agresor, serán unas palabras suyas, pronunciadas de manera incoherente y deslavazada, las que alerten a la inspectora Salazar sobre la gravedad del caso: «La entregué a Inguma, como tantos otros sacrificios»… Inguma, un antiguo genio maléfico, un demonio de la noche que se cuela en las habitaciones de los durmientes para asfixiarlos robándoles el aliento. Será entonces cuando las averiguaciones de Amaia y su equipo acaben chocando con otros casos de muerte súbita acaecidos tiempo ago en el valle del Baztán, y que presentaban evidentes y turbias irregularidades. Todo apunta a una especie de secta que hubiese derivado hacia la brujería, hasta oscuras prácticas ocultistas, incluso satánicas, entre las que se hallaba el sacrificio de seres humanos, concretamente de niñas recién nacidas. Pequeños ataúdes vacíos que intimidan y empujan a pensar en actos aberrantes cuyas raíces resultan difíciles de imaginar.

“La fe es algo muy fuerte que puede mover a las personas a emprender actos ciertamente inesperados por crueles o increíbles. Buscar lo divino es inherente al ser humano. La fe nunca es ridícula mientras exista alguien que es capaz de matar o de morir por creer en algo que a algunos les puede parecer absurdo. ¿Hasta donde se está dispuesto a llegar? Desde ese punto de vista, todos somos manipulables en función de nuestras necesidades o creencias. De hecho las sectas son investigadas hoy día desde todos los cuerpos policiales”, afirma Dolores. El lector puede inmiscuirse no solo en la trama policiaca sino también en la vida más íntima y secreta de los personajes protagonistas, fuertes e impulsivos, pero con marcadas carencias y cicatrices emocionales. Las pasiones y miedos de Amaia se convierten entonces en la puerta de entrada al vértice más siniestro del dolor y la infamia, aquel que conecta con las oscuras debilidades humanas.

“El lector descubrirá finalmente el germen de la trilogía, el porqué de todo lo ocurrido”, confirma la autora de una historia que habla de la transgresión, de pasar los límites y de ser capaz de afrontar las consecuencias de lo que viene después. “El libro reflexiona sobre el Mal con mayúsculas y aún más sobre la locura y sobre los límites que la separan de la realidad o el mito. También evidencia mucho la existencia en la zona de una sociedad matriarcal centrada en la comunicación y el apoyo entre las mujeres de la misma familia y del mismo entorno”. Volviendo sobre el futuro cercano: “prefiero no hablar todavía de mi próximo proyecto. Será una historia de género negro, pero un negro mestizo, de esos que me gustan a mí, con mi propia voz, esa que el público ha premiado con su enorme seguimiento”.

Aviso a navegantes: Si son muchas las historias y mitos del Baztán que pueden llegar a impresionar e incluso sobrecoger, aún son más las tradiciones y ritos que siguiendo hábitos ancestrales, se van traspasando ineludiblemente de madres a hijas. Leyendas que hablan de grandes catástrofes, de misterios, fenómenos y poderes ocultos, pero también de brujas, demonios y criaturas mágicas que pueblan sigilosamente los frondosos bosques del valle, seres que exigen adoración y son capaces de nublar la mente y provocar actos inexplicables. Un cúmulo de creencias tremendamente arraigadas que incita a participar de lo que podría calificarse como un universo único, plagado de grandes silencios y rotundos secretos, algunos de los cuales podrían llegar a helar el alma de cualquier observador inexperto.

Reseñado por Benito Garrido