La envidia de Velázquez, de Fabio Bussotti (ed. Algaida, 2014) es un entretenido thriller que propone una original interpretación del conocido cuadro de Velázquez.
La trama principal se desarrolla en el año 2006, con la investigación que lleva a cabo el comisario Flavio Bertone sobre el asesinato en Roma de un reconocido profesor universitario de filosofía. Pero hay otras dos tramas secundarias, que se alternan con la principal, desarrollándose en dos épocas diferentes y que irán presentando las diferentes piezas que irán encajando en la investigación de Bertone.
Una de ellas nos lleva hasta el siglo XVII con Velázquez aspirando al ingreso en la Orden de Santiago y la otra tiene como protagonista a otro genio de la pintura, Pablo Picasso, visitando en el año 1956 la tienda de antigüedades de Aarón Schilton, un amigo de origen judío afincado en Sevilla.
El anticuario cree haber descubierto un mapa del tesoro oculto en Las meninas de Velázquez, un mapa que lleva directamente a la cripta de la catedral de Sevilla. Picasso recibe la noticia con escepticismo, aunque la tesis de su amigo se convierte en la respuesta a unos enigmáticos documentos que llevaba investigando durante meses. Juntos se disponen a seguir las diferentes pistas marcadas en el mapa.
Décadas después, encontramos a Bertone, en plena crisis existencial después de que su mujer lo abandonara. Depresivo, nostálgico, ensimismado en sus pensamientos y recuerdos, vaga como alma en pena por la vida sin encontrar nada que le despierte del letargo. Pero el asesinato de un profesor que se encontraba realizando una polémica investigación que proponía una novedosa interpretación del cuadro de Velázquez, le sumerge en una trepidante investigación que le hace viajar a Madrid y Sevilla siguiendo el itinerario que Picasso y su amigo realizaron cincuenta años antes.
La investigación dará un vuelco a la vida de Bertone al mismo tiempo que lo enfrentará a un siniestro y peligroso enemigo, dispuesto a todo por mantener un secreto oculto durante siglos. La envidia de Velázquez nos propone una lectura entretenida, de las que se devoran en un suspiro por su ritmo ágil, estilo fresco y tono irónico que acompañan toda la narración. Y como protagonista principal, la obra de Velázquez, en la que el autor nos sumerge para que descubramos todo su esplendor, enigmas y secretos.