Misericordia (ed. Destino, 2014) es el debut literario del británico Jack Wolf, con la que ha conseguido ser finalista del Polaris First Book Award 2013, una novela brutal, cruel, morbosa, con un protagonista que sigue una peligrosa filosofía que sitúa al ser humano en manos de sus instintos convirtiendo su existencia en un peregrinaje caótico y sin sentido. Una historia difícil de clasificar en algún género y que ha sido comparada con obras como El perfume, American Psycho o Jonathan Strange y el señor Norrell.
La historia se sitúa en el año 1750 y es narrada en primera persona por su protagonista, Tristan Hart, una joven promesa de la medicina inglesa, que se traslada a Londres para estudiar anatomía con el prestigioso doctor William Hunter, cuyos estudios se centran en la naturaleza del dolor.
Antes de conocer las andanzas de Tristan en Londres el protagonista retrocede a los años de su infancia y adolescencia, conoceremos un episodio trágico que marcará su vida, la tensa relación con su padre, cómo nació en su interior el escepticismo espiritual y el sueño de crear su propio laboratorio, convertirse en un gigante de la filosofía natural, la medicina y la anatomía.
La existencia de Tristan se mueve entre la razón y la locura, con episodios de alucinaciones y visiones que lo sitúan en el límite de la cordura. Luchando contra sus propios instintos perversos desarrollará sus investigaciones sobre los límites del dolor, la relación entre mente, materia y alma, con la dificultad de que no puede fiarse de sus sentidos ni de su engañosa mente. En medio de
una espiral de vicio y corrupción moral conocerá a Katherina, su alma gemela, dispuesta a dar rienda suelta a los instintos de Tristan.
La novela no ahorra detalles morbosos y sádicos, mientras Tristan se convierte en tipo del debate entre ciencia y religión, un conflicto engañoso ya que el avance de la ciencia se produjo por creyentes que impulsaron la investigación científica demostrando que la ciencia y la fe no solo no son elementos contradictorios sino que se complementan a la perfección. Las conclusiones del protagonista sobre la maldad del ser humano dejan a este en manos de sus vicios y perversidades, sin nadie ante el que tener que dar cuentas, un panorama perturbador y tenebroso, que envuelve toda la novela.