Tzili es la historia dura y potente de una niña judía de Europa del Este que es abandonada en casa por su familia que huye del avance de los alemanes. Esta niña, flaca y pequeña parece que no existe en su familia, hasta que a los siete años es llevada al colegio donde le detectan un retraso mental. Quizás por eso, no lo llegamos a saber, la dejan sola en la casa pocas horas antes de que los nazis irrumpan en la aldea. Appelfeld recorre parte de su infancia en Ucrania después de huir de un campo de concentración y esconderse en los bosques acogido por prostitutas y ladrones. Tzili da vida a ese otro yo del escritor que tiene que ir de casa en casa, acusándose de ser hija de una notoria ramera para sobrevivir. Vivir sola en el campo, aguantar el maltrato de sus amas, y sufrir durante años el acoso de su mismos compatriotas y el desprecio de ser judía. Cuando conoce a Mark, un judío viudo que deambula con cargamento de ropa usada de su mujer su vida adquirirá la frágil estabilidad pese a seguir escondidos en pleno campo. Tzili es una obra con un profundo significado, donde los interrogantes abundan, donde los objetos son símbolos de la existencia y donde las personas asemejan grupos sociales. Una especie de fábula profunda que más que moralizar señala los defectos de los que callaron durante la segunda guerra mundial, de quienes fallaron a sus familiares, vecinos y paisanos. Ocultándose en sus vergüenzas mientras los demás sufrían y morían. En Tzili los villanos no son los nazis sino los seres mas cercanos a la retrasada muchacha. Luminosa hasta el final supone además un alegato a la esperanza que puede hacer de simples niños prófugos autores sensibles como el mismo Appelfeld.