Leer la pintura, de Nadeije Laneyrie-Dagen (ed. Larousse, 2013) es una nueva edición de un libro extraordinario, una obra que nos sorprende con una sorprendente y fascinante premisa: un cuadro es un libro abierto por lo tanto… ¡también se pueden leer! Una atractiva propuesta para que todos los “Mamíferos Devoradores de Libros” descubramos también el placer de la lectura de un cuadro.
Con un estilo pedagógico, muy práctico y con numerosas ilustraciones repartidas a lo largo del libro, la autora, profesora de magisterio y especialista en Arte (s. XIV-XVI) nos ofrece una obra asequible para todo tipo de lectores: estudiantes, profesores y aficionados al arte. Todos encontrarán ingredientes de interés en esta completa obra que se presenta como “un museo de papel repleto de obras maestras”.
Nadeije estructura el libro en seis grandes ejes que nos ofrecen una herramienta completa para ayudarnos a comprender el contenido de una pintura en toda su extensión. Como si de una autopsia se tratara, conseguiremos diseccionar un cuadro de tal forma que podamos identificar su autor, la época, qué significa, los detalles técnicos o el estilo pictórico en el que se inscribe.
El libro expone los criterios que utilizan los historiadores, críticos de arte, comisarios de exposiciones y conservadores, pero lo hace de una forma sencilla, poniendo a nuestro alcance las herramientas para sumergirnos en las entrañas del cuadro para poder entender todo lo que el artista ha dejado plasmado
en su obra.
En sus páginas nos espera un apasionante viaje por la historia del arte, por las obras y las técnicas usadas por los grandes maestros, un recorrido que nos desvela la maestría de unos artistas que gracias a esta obra podemos apreciar en todo su esplendor.
La lectura de este libro abrirá nuestros ojos para que podamos acercarnos a los cuadros desde una nueva perspectiva que nos permitirá disfrutar de las obras más allá de la impresión general que toda bella pintura provoca en quién la mira. Conseguimos así la destreza necesaria para analizar un cuadro, descubriendo cómo se documenta, qué conceptos esenciales hay que conocer sobre la composición, el dibujo y el color, cómo han evolucionado conceptos como la belleza a través de los siglos, qué estilos existen, los secretos de las proporciones, la perspectiva y otros efectos visuales.
La autora afirma en la introducción que analizar un cuadro requiere tiempo hasta que “aprendamos a observar con la atención necesaria para captar cada uno de los elementos de la obra”. Un proceso que no puede empezar de mejor forma que leyendo un libro que despierta nuestro apetito para seguir disfrutando de este banquete artístico.