Por mucho que el título apunte al sexo como protagonista de la obra sus escenas son escasas, es necesariamente poco explicito para crear una atmósfera sensorial, donde el olor, la vista y el tacto -por ese orden- marcan el compás más que el deseo, sólo intuido, pocas veces protagonista, que sólo es una sombra a la que aferrarse reducida al fondo, incapaz de mostrarse a la luz.
La figura paterna es otro de los hilos que hilvanan la historia de Gaspard, el joven de campo llegado a la ciudad tras escapar de su padre. Porquerizo, inútil para todo, predestinado a ser un desecho humano huye de ese padre omnipresente para encontrar otras esclavitudes en la ciudad de la luz. Las vueltas y requiebros a esos recuerdos de niñez son tan agobiantes para Gaspard como la mierda, la mugre y la oscuridad que hallará allí.
Uno de los deseos de Del Amo, según nos cuenta en el posfacio la traductora Lydia Vázquez, era usar todas las palabras de su vocabulario dentro de esta obra, y a fe que lo consigue. Pero no como un compendio de frases inintiligibles, más bien contruye una fraseología que exige el uso de tales vocablos para después girar las proposiciones hasta cierto ángulo donde vuelve a ser obligado el empleo de un nuevo verbo, calificativo o nominal. Tal trabajo de abnegación en su imaginario de palabras es loable en una primera obra y, por ende, permite a la traductora formar un monumento a su propio oficio que está a la altura del original.
Genet, Laclos y Sade son las referencias que ha usado Del Amo en su composición, Guyotat y Wittkop a los que no tengo el gusto de haber leído son otros de sus maestros. Pecaré de optimista pero he de confesar que si bien Genet me impactó desde la primera a la última línea que escribió, Del Amo va más allá pues deleita a la par que explota en nuestro interior, dos sentimientos difíciles de conciliar para una obra a la que he de señalar como una de las mejores de este 2011.
¡¡¡Enhorabuena a Cabaret Voltaire, a su traductora Lydia Vázquez y al propio autor por conseguirlo !!!
Marc Canela
Es un libro inquientante. Enigmático. La cita inicial ya anticipa el sabor de la obra. Me ha gustado mucho. Cruel y humano al mismo tiempo. No deja indiferente. Altamente recomendable.