Debe ser como un virus que a uno le pica y pese a la inutilidad del intento es necesario hacerlo. Antes yo quería cambiar el mundo en general, ahora intento cambiar mi mundo y creo que en eso sí tengo éxito.
¿Cree que el escritor sigue teniendo un papel social?
Tengo muchas dudas. Creo que si no existieran los escritores el mundo seguiría siendo un lugar muy parecido al que es, sin embargo, si existiera la policía sería muy diferente. Si un libro logra que una persona produzca una modificación en su manera de observar el mundo, al margen de la propaganda que el mundo genera, entonces sí ha conseguido algo importante. Los libros no cambian el mundo, lo cambia la política y por lo común para peor creando nuevas formas más sutiles de explotación del hombre por el hombre. Pero sí tiende puentes de comunicación entre las personas. Por eso el libro sigue siendo una fuente de contacto personal de un ser humano y su pensamiento con otro.
Valores tradicionales como la familia, la amistad, la camaradería, la lealtad están muy presentes en sus obras ¿no es demasiado clásico todo eso para el siglo actual?
Lo elemental y que está en peligro de extinción son los códigos de honor. Parece que estamos en un mundo que en su búsqueda del éxito y el dinero se está dejando por el camino valores como estos, la lealtad, una palabra sin significado hoy día, lo importante es conseguir objetivos. Vivimos en un mundo en el que se nos señala que hay que llegar a un determinado lugar, ser presidente de una compañía, ser rico para buscar la felicidad. No es importante llegar lo importante es el camino no el destino, ya lo conocemos, es la lápida. La manera que recorramos el camino es lo que determinará la felicidad. Vivir de acuerdo con unos principios elementales y básicos, trata de no hacer daño a otros, ni la tierra, dejar el mundo un poquitito mejor de lo que uno lo recibió es el sentido de nuestra vida. Nosotros llegamos al mundo con una herencia que otros nos regalan, sociedad, cultura, tradición. Cuando nos vayamos debemos dejarles algo mejor, eso también es lealtad.
Al final “chorros” y policías Lascano y El topo Miranda se igualan en esos valores, se ven reflejados en esas mismas necesidades básicas
Ayer leía que ya no hay criminales honrados. Una de las cuestiones que hace atractivo al personaje de El topo Miranda es que tiene su código. Cuando un hombre funciona con un código que respeta es confiable, no importa si es ladrón o policía, es leal a ese código y vive de acuerdo con él. Eso le permite compartir el mundo con otros, entre ellos su opositor, el policía Lascano. Son iguales en su humanidad. Por ejemplo para hacer esta entrevista es necesario que ambos tengamos código y lo respetemos. El escritor por tanto debe crear un mundo con reglas, con código y debe respetarlo como legislador de su novela. Los personajes también, pero no me gusta que lo proclamen sino que se perciba por sus actos. Esto produce un diálogo con el lector que se pregunta cuáles son sus códigos.
Lascano es un ser atormentado desde la primera página hasta la última ¿por qué?
Muchos vivimos atormentados por el mundo en el que vivimos. Quince millones de niños morirán este año, guerras, circunstancias personales, muertes, desempleo. Eso afecta a Lascano, pero la corrupción de su Cuerpo le atormenta. Él mismo es un cuerpo extraño entre sus corruptos colegas. En medio de la corrupción y el caos alguien debe mantener la cordura, el código. Eso tiene que ver con Lascano y con su sentirse extraño y diferente. Es más fácil ser una oveja más, brinda mucha tranquilidad.
La dictadura, los primeros pasos de la democracia argentina son el paisaje de fondo de estas novelas ¿cree que esa época es la más interesante de la historia reciente? o ¿piensa que es necesario recuperar lo acontecido para la generación actual?
Escribo sobre lo que sé y he vivido. Por eso pongo mi granito de arena para conseguirlo que es lo que deben hacer los políticos. Los de la dictadura y el posterior gobierno de Menen no lo hicieron y por eso quiero señalarlo. Es necesario que se sepa quiénes no cumplieron y quiénes sí.
El amor, la pérdida de él, o su ausencia siempre están presentes en sus obras La soledad también ¿Cuál es la razón?
Cuando escucho la palabra amor me dan ganas de cargar la pistola. Estamos impregnados de una idea del amor romántico pero el amor no es eso, es mucho más complejo que eso. La necesidad del otro, del cuidado de otros y de cuidar a otros está implícita en nuestra existencia como los mamíferos que más tardamos en valernos por nosotros mismos. Esa necesidad es el amor y en esos términos son en los que yo hablo del amor. Sin el amor que comento el hombre se animaliza. Necesitamos el testimonio del otro. El otro es la clave del universo y destruirlo es lo más peligroso, por eso necesitamos el amor.
La soledad por el contrario es la ausencia del otro, del testigo que certifica que vivimos en el mundo real. En soledad se pierde la realidad. La soledad y el amor son dos caras de la misma moneda.
De los milicos a Alfonsín, ¿A dónde irá ahora Lascano?
En la nueva novela que acabo de entregar aparece una mujer muy rica que quiere investigar el paradero de su hija. Lascano se introduce en las redes de trata de personas. Trabajé con varias oeneges documentándome lo cual ha convertido esta obra en una novela terrible.
RESEÑA
Agradecemos la conversación que hizo posible Siruela en sus oficinas y dedicamos estas últimas líneas a recomendar esta segunda obra que tiene a Lascano como protagonista. El policía descalzo de la Plaza San Martín. La dictadura ha finalizado y una nueva sociedad parece abrirse camino. Algunos buscan pasar desapercibidos mientras otros tratan de mantener su estatus convirtiendo la sociedad argentina en un hervidero de voluntades contrapuestas. Lascano dado por muerto, reaparece para localizar a su antiguo amor. Acepta la búsqueda de un ladrón de altos vuelos, el topo Miranda, para conseguir el dinero que le permita hallar a su novia.
Lascano tendrá que usar todo su ingenio y todos sus contactos para conseguir algo que se le escapa continuamente. El topo Miranda sufrirá en su bando algo parecido.
Novela negra que va construyéndose sobre la marcha, sin un destino fijo inicial, dejando un agradable sabor de boca final, así como la puerta abierta a la tercera novela.
Pepe Rodríguez