Fenollosa consigue apasionar al lector profano repasando las características sociales y artísticas de las dinastías chinas, desde los primeros pobladores asentados a orillas del río Amarillo (en torno al 2850 a. C.) hasta la dinastía Ming (siglo XVII), distinguiendo corrientes filosóficas y literarias y despertando nuestra curiosidad sobre la cultura china.
La segunda parte del libro es un breve e interesantísimo ensayo titulado Los caracteres chinos como medio poético: en él se analiza la construcción de la oración china y por tanto, su estructura de pensamiento. La explicación, mediante algunos ejemplos concretos, de la utilización de ideogramas, permite atisbar toda la intensidad y riqueza de la lengua china. En palabras de Fenollosa, “una de las superioridades de la poesía verbal en cuanto arte se halla en su conexión con la realidad fundamental del tiempo. La poesía china cuenta con la excepcional ventaja de poder combinar ambos elementos: nos habla a la vez con la vivacidad de la pintura y la movilidad del sonido”.
Por último, la breve antología que cierra este pequeño volumen ofrece algunos de los textos clave para entender las tres doctrinas (taoísmo, confucianismo, budismo), así como extractos de las cuatro novelas clásicas.
En definitiva, se trata de un libro que avivará el interés de aquellos que quieran seguir descubriendo la cultura oriental, y servirá de guía a los que se asomen por primera vez a esta civilización.
Elisabeth Falomir