Este es un libro que narra la relación entre la precariedad económica y la salud mental. Cuando leemos las estadísticas sobre el uso de antidepresivos y ansiolíticos descubrimos que están masificados. Todos conocemos gente que se medica, nosotros mismos quizás nos hayamos medicado. Eso hace que resulte interesante la forma de abordar diversos niveles de locura o de patología mental por parte de Elvira Navarro en La trabajadora. La mayoría de las veces se buscan causas para estas enfermedades en el pasado, en algún trauma que provoca esa enfermedad mental. Sin embargo la autora nos dice que estaba interesada “en relacionar la precariedad material con la precariedad mental”. En otras palabras conocer el efecto que la crisis económica tiene sobre la mente de quienes la padecen en uno u otro grado. La trabajadora tiene dos mujeres en sus papeles principales. Elisa trabaja en una editorial. Su empleo y su salario están cada vez más precarizados y a diario comprometidos, estar con el corazón en un puño le produce una angustia incapaz de canalizar. Incluso se ve obligada a alquilar una de las habitaciones de su vivienda a Susana. La patología de Susana está clara en todo momento. Su locura es evidente, pero en vez de maquillarla ha aprendido a convivir con ella, a darla por sentado y comportarse con ella como quien sabe que es feo o gordo y no lo va a poder cambiar. Elisa tiene ataques de ansiedad producidos por la crisis y Susana fábula con su condición mental sin llegar a conocerla en profundidad nunca. No existe una crítica social plena, para ello Elvira Navarro ha elegido un lenguaje diferente del periodístico para acercarse a los problemas sociales; ha escogido alejarse del discurso politico vigente. “Hay cierta crítica obvia al sistema pero perdería eficacia por lo manido que es el lenguaje y vocabulario de la crisis, he buscado la mayor eficacia a nivel narrativo”. En salud mental lo más difícil es el reconocimiento del problema. Juzgamos lo que nos ocurre por circunstancias ajenas a otros mientras imputamos esas responsabilidades directamente a los demás. Uno de los juegos del libro es que “en teoría hay más loca que la otra pero, a veces, parece que es la más cuerda por que domina la situación. Asume su patología y eso lo hace fuerte. Sin embargo Elisa solo aspira a volver a la normalidad sin asumir su propio trastorno ni la fortaleza de la otra.” Ese planteamiento visto desde el exterior va girando desde la premisa inicial del grado de locura y al final nos planteamos cuál está más loca de las dos. “Existe entre ambas un juego del doble, una tiene miedo a mirarse en el espejo de la otra pero al final sucumbe ante su parecido”. Con un comienzo brutal, que no estaba planteado así puesto que surgió como algo impactante tras haber escrito el núcleo de la novela, la autora afincada en Madrid, captura al lector que no puede menos que seguir leyendo aunque de reojo el resto de la obra. Verdadera propuesta de intenciones dado que la locura es el tema principal de la misma. Sin miedo por el éxito conseguido con sus anteriores obras se siente sin presión ante la página en blanco. Asegura que “le gustaría producir en el lector algún tipo de diálogo interno, que en vez ser lectura pasiva, sea algo participativo en ambas direcciones”.
3 comentarios en «La trabajadora de Elvira Navarro»
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Que mal escribes Pepe, la verdad. Además como critica no pasa de un RESUMEN para cualquier ejercicio escolar . y ordinariamente escrito…. Sigue que tu haces carrera
Gracias Krasnik
Sí, pues la entrevistada también tiene lo suyo… Ahora que lo ponga en Twitter.