Una novela negra repleta de acción que retrata la Barcelona más oscura en tiempos de crisis. …Vienen mal dadas
, de Laura Gomara (Roca Editorial, 2017) es una novela negra repleta de acción que retrata la Barcelona más oscura en tiempos de crisis. La acción de la novela transcurre entre el 16 de Abril de 2014 y Octubre de 2015, y se concentra en los meses que van desde Mayo a Agosto de 2014. La estructura se divide en capítulos que, en forma de cuaderno de bitácora, sitúan a los lectores en los preparativos y la logística que lleva a cabo una banda de criminales de baja intensidad.
Laura Gomara nació en Barcelona. Se licenció en Filología Clásica y ha trabajado como traductora, ayudante de escritores, profesora de escritura y en comunicación y producción editorial. Vienen mal dadas es su primera novela.
Ruth Santana es una joven desahuciada y pluriempleada que vive en el umbral de la pobreza para pagar lo que considera su deuda con los bancos. Vive en una ratonera insalubre y desde hace unos meses espera a la salida de los supermercados para coger pan o yogures. Por alguna razón que ni ella misma comprende, sigue luchando.
Una noche, un desconocido le hace una oferta. Quiere que le ayude a reventar cajeros automáticos. El hombre le ofrece dinero rápido para pagar su deuda con el banco y volver a llevar una vida normal. Le ofrece la libertad. A cambio, Ruth tendrá que renunciar a sus escrúpulos. Y, tal vez, a algo más.
De la mano de Hugo Correa y su dispar banda de atracadores, Ruth Santana descubrirá una Barcelona más oscura, más peligrosa y más viva de la que había imaginado.
Gomara ha construido, en esta su primera novela, un andamiaje preciso, sobre el cual reposa la trama negra, cuidando hasta el último detalle y sin ceñirse estrictamente a los cánones del género. No hay arquetipos. Ni los policías tienen la presencia que encontramos en otros títulos “negrocriminales”, ni los ladrones son unos parias marginales o sanguinarios exconvictos que se han endurecido en prisión, ni la “femme” es “fatale”, sinó “la niña que no se atrevía a quedarse con la vuelta del pan”.
Con una dosis muy calculada, la autora va dibujando a cada uno de los personajes con pinceladas que nos dan información sobre su físico, sus cualidades personales, su pasado, sus deseos más íntimos y el motivo que les lleva a unirse al grupo.
A nivel estilístico, el recurso narrativo de unos diálogos ágiles y bien distribuidos va acompañado de unas descripciones donde el clima, los olores y la recreación de ambientes tienen un peso fundamental.
Hay un gusto por el cuidado del detalle a lo largo de la narración. Todo está previsto y contemplado, desde el trucaje de las ruedas de un carro robado en un hipermercado, hasta el argot críptico y en clave con que se comunican los de la banda. El humor, el léxico marinero o la muestra de la vertiente más humana de los sumarios judiciales son prueba de la documentación a que ha recurrido la autora.
Otro elemento a tener en cuenta es el escenario principal: una Barcelona real, la de la calle, la de los indigentes durmiendo en cajeros, la de la prostitución de pensión barata, la de los hooligans y la de los pisos turísticos ilegales.
Todo ello, con un trasfondo donde la denuncia social juega un papel decisivo a la hora de contextualizar la historia en un periodo de crisis económica. En este sentido, Laura Gomara no deja nada en el tintero a la hora de documentar Vienen mal dadas y hace que entren en escena los desahucios, la dación en pago, la precariedad laboral, la violencia de género, los recortes en sanidad, la gestión de la administración en el movimiento okupa, la herencia del urbanismo de plazas duras de los gobiernos municiapales de los ochenta, las referencias de soslayo a investigaciones sobre corrupción política…
Por Miguel Angel Gomez
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Por Miguel Ángel Gómez Juárez
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