Esta es una novela atípica de Maigret, en la que el célebre comisario está con una beca de estudios en Estados Unidos y asiste a un juicio por homicidio en el estado de Arizona. Por tanto es un testigo presencial de un juicio en el que evidentemente no puede participar, pese a sus constantes lamentos internos sobre la instrucción del mismo. En este sentido es una de las novelas en las que menos interviene Maigret, anulado por una estructura narrativa que más bien parece una crónica judicial. “Era la primera vez que seguía una investigación como un simple particular, sin conocer lo más mínimo del reverso de las cartas, y le molestaba enormemente tener la sensación de que le ocultaban montones de cosas”.
Una de las cosas interesantes de la novela es la visión por parte de un europeo de la América de finales de los 40. Maigret observa con ojos celosos el avance del hermano americano, y dibuja una sociedad esplendorosa y colmada de bienes materiales, en la que también afloran taras “¿Qué es lo que no funcionaba correctamente en aquel país, donde tenían de todo?” Describe a los americanos como alegres, desenfadados, promiscuos, limpios… Y sin embargo el comisario se sorprende con la ligereza que se toman hechos tan graves como el de la presunta muerte por homicidio de una muchacha, más aún cuando incluso los sospechosos juzgados no parecen preocupados.
El grueso de “Maigret en los dominios del córoner” es la reconstrucción de la noche de los hechos desde múltiples ópticas propiciadas por protagonistas y testigos, y que va cambiando con la aportación de nuevos datos obtenidos en el desarrollo de los interrogatorios. La visión que nos trasmite Simenon sobre el juicio es la de un espectáculo público, corroborando así el nacimiento de un género propiciado por el sistema procesal americano que tanto juego ha dado en la literatura y sobre todo en el cine.
Sin carecer de interés, me parece una novela menor del prolífico ciclo de Maigret. Aún así se lee en un suspiro y nos deja el aroma genuino de una época observada por nuestro querido comisario.