
Cuando los libros ayudan a la reconstrucción de Francia tras la Primera Guerra Mundial.
Una de sus actividades más importantes tuvo lugar durante la Primera Guerra Mundial. Anne Morgan creó el Comité Americano para las Regiones Devastadas de Francia. Su objetivo era ayudar a Francia a recuperarse de los estragos de la guerra y para ello reclutó a un gran equipo de mujeres voluntarias que daban servicio donde se precisaba. Jessie Carson, bibliotecaria en Nueva York en 1918, decidió adherirse al Comité impulsado por Anne Morgan y se desplazó a Francia. Allí organizó bibliotecas móviles, dió vida a clubes de lectura y formó a muchas bibliotecarias francesas. La autora Janet Skeslien Charles estuvo investigando durante años el Comité fundado por Anne Morgan y descubrió algunas mujeres extraordinarias, muchas de ellas con la medalla Croix de Guerre otorgada por la República francesa, los nombres de las cuales habían sido borrados de la historia. “Uno de mis objetivos al escribir este libro fue mostrar el coraje de esas mujeres y cómo trabajaron lejos de su casa hasta que la gente fue otra vez autosuficiente”. Entre las voluntarias, provenientes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y Francia hubo un intercambio de conocimientos extraordinario. Gracias a su curiosidad, generosidad y apertura de mente, las voluntarias consiguieron grandes cosas durante la postguerra. |
Janet Skeslien Charles(Estados Unidos, 1971) es la autora de Luz de luna en Odessa y el bestseller internacional La biblioteca de París, basada en su experiencia como directora de proyectos de la Biblioteca Americana de París. Sus ensayos y relatos han aparecido en el Chicago Tribune, Slice, The Sydney Morning Herald y Montana Noir. Su obra se ha traducido a 40 idiomas. Las bibliotecarias del frente es su última novela. |