
Libro predilecto de su autor, de algunos de sus personajes y de comentaristas de su obra como Emmanuel Carrère, el propio Limónov citaría y glosaría repetidamente este «libro de profecías» como un canon. No sin motivo: veinte años después de haberlo imaginado, Limónov terminaría blandiendo armas de fuego, liderando marchas contestatarias y fundando un partido político de parias y artistas.
Escrito en 1977 en una Nueva York fantasmática, poblada de seres a medio camino entre lo vegetal y lo animal, Diario de un perdedor es la expresión de las últimas voluntades de su autor en un momento en el que siente la urgencia de dar fe de no haber vivido en vano. Escrito, pues, para poder morir a la mañana siguiente, este opúsculo, este testamento, que no se publicó en Rusia hasta 1991 y se publica por primera vez entre nosotros, estará dedicado a «todos los perdedores» y se nutrirá de memorias, fantasías, sueños y bosquejos que tal vez habrían sido concebidos en verso si Limónov no se hubiera expatriado.
Por pragmatismo, por el miedo, perfectamente fundado, a que su poesía no sobreviviera a una traducción, por el lógico estupor ante el inglés circundante, Limónov abandona la lírica para concentrarse en los géneros prosaicos, pero puede decirse que Diario de un perdedor es la última obra del poeta vanguardista Limónov, su poema definitivo.
Diario de un perdedor, un testamento, una confesión por la que será juzgado y recordado. |
«Eduard Limónov es el Henry Miller ruso… Es fanfarrón, amoral, megalómano, egocéntrico, falocrático. ¿Por qué disfruto tanto al leerlo? ¿Será que me vuelvo yo también un fascista estalinista?… Carrère lo vio antes que nadie: Limónov ama la revolución porque es un romántico. Al igual que Céline, está equivocado políticamente, pero literariamente tiene razón». —Frédéric Beigbeder, Le Figaro Magazine «Limónov, a pesar de sus defectos (quizás gracias a algunos de ellos), fue uno de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI». —Kiko Amat, El Periódico «Una de las voces más incómodas de la literatura contemporánea». —Jorge Carrión, The New York Times |
EDUARD LIMÓNOV (1943-2020) es uno de los personajes más extravagantes, novelescos y escandalosos que han dado las letras rusas de las últimas décadas. Su vida ha fluido por los meandros más inverosímiles: de adolescente pendenciero a poeta underground de la disidencia soviética en Moscú; de vagabundo en Nueva York a mayordomo de un millonario en la misma ciudad; de escritor de éxito en París a soldado en la guerra de los Balcanes del lado de los serbios. Limónov daría un giro todavía más sorprendente en su andadura vital al volver a la Rusia postcomunista para fundar el Partido Nacional Bolchevique, que sería el comienzo de una carrera política que lo llevaría a prisión y a convertirse en «enemigo del Estado». [Aquí más] |