Vivimos tiempos convulsos donde la prisa predomina. Las RRSS y la mensajería instantánea están provocando que huyamos de textos extensos, donde el dicho una imagen vale más que mil palabras está cada vez más presente, pero que ésta tampoco dé paso a un vídeo que se extienda más allá de los veinte segundos. Esto provoca que cada vez descuidemos más la escritura. Lo peor es que no es por falta de formación, que podría excusar esta conducta, es por pereza.
No son pocos los que ignoran que los signos de apertura siguen existiendo; o el mal uso que damos a la conjugación del uso del imperativo; muchos no distinguen entre a ver o haber. Estos no son más que simples ejemplos de los errores más flagrantes que podemos encontrar a diario en nuestras pantallas. Lo que demuestra que libros como Dale a la lengua son cada vez más necesarios.
Luna Paredes, licenciada en Filología Hispánica y doctora cum laude en Estudios Teatrales, docente y correctora , os sonará a muchos por su labor como divulgadora lingüística en el programa El gallo que no cesa en RNE y sus intervenciones en La aventura del saber, de RTVE. Coautora de tres exitosos libros de divulgación lingüística, esta vez nos ofrece en solitario Dale a la lengua, en el que hace un repaso general, pero exhaustivo, de las dudas más comunes que nos surgen al usar el lenguaje.
En él analiza los errores más comunes que cometemos a la hora de expresarnos, ya sea oral o a través de la escritura. La mayoría en los que caemos casi todos como: el dequísmo; el uso de las siglas; cuándo debemos usar mayúsculas; laísmo o cómo usar diferentes signos como los dos puntos, el punto y coma, las comillas, paréntesis…
De manera muy amena y desenfadada, Luna comienza por la unidad más pequeña que compone el lenguaje, lo que vienen siendo las letras. Aquí nos hará un ligero repaso por el origen de estas, así como de dónde procede nuestra patriótica ñ o como algunas dejaron de acompañarnos dejando de ser letras como la ll o la ch.
Seguiremos avanzando por la tilde, monosílabos, estructuras gramaticales, extranjerismos y mucho más sin dejarnos nada en el tintero. Cosa que parece imposible cuando vemos que todo esto cabe en un librito de apenas trescientas páginas —en el que también caben un magnífico prólogo del periodista y escritor Isaías Lafuente, y el epílogo de la experta dialectóloga Pilar García Mouton—. Y es que no solo es que parezca delgadito, es que se nos hará muy corto por lo interesante y por lo ameno que resulta gracias a esta narradora tan animada. Nos dibujará más de una sonrisa gracias a su desenfadado estilo, consiguiendo que nos divirtamos a la vez que aprendemos. Más de una vez nos repetiremos aquello de: ojalá hubiera tenido un libro así cuando estudiaba, demostrando Luna, no sé si conscientemente, que no existe asignatura aburrida, solo profesores aburridos, porque el entusiasmo de la autora resulta contagioso.
De fácil lectura, incluye curiosidades y truquillos que podremos aplicar cuando dudemos al reflejar nuestras ideas y pensamientos para transmitirlos, sin importar el formato, a nuestros semejantes.
También trata temas espinosos como es el uso del lenguaje inclusivo y esa e sin género que nos raya a tantos, con tanta naturalidad que se aleja de cualquier polémica. Nos aclara otras cuestiones relacionadas con ciertas palabras y acepciones que, equivocadamente, cree una amplia mayoría que aparecen en el diccionario, cuando esto no es cierto, o al menos no del todo, porque en eso hace hincapié Luna, que ante cualquier duda, es a la RAE adonde debemos acudir, puesto que es aquí donde se nos aclararán todas, señalando diferentes e interesantes webs en las que descubriremos un amplio mundo digital que alumbrarán nuestro gramatical camino.
Una maravillosa obra que se hará imprescindible para todo hispanohablante, y que cuando la leáis, la tendréis muy presente cuando queráis expresaros, porque el efecto más gratificante que nos produce este libro es alentar la curiosidad por el lenguaje, algo vivo que día tras días sigue evolucionando.